Más allá de las opacidades del “sanchismo” y del jefe de gobierno español, las respuestas del presidente no benefician a la Argentina y muestran que la política exterior del presidente está basa en sus filias y fobias ideológicas, y en su personalidad, en lugar de basarse en los intereses del país.
El presidente aseguró que las agresiones del presidente Pedro Sánchez están coordinadas con la oposición argentina. A su vez, recalcó que la relación con ese país “no se va a romper”.
El ministro del Interior, Guillermo Francos, se refirió al cruce del Presidente con su par ibérico, Pedro Sánchez, que derivó en la exigencia para que el libertario pidiera perdón.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, criticó al mandatario argentino luego de sus declaraciones contra el jefe de gobierno español y su esposa, a la que trató de “corrupta”.
El presidente participó como orador en el evento Europa Viva 24 organizado por Vox en Madrid, España. “Voy a demostrarle al mundo que un gobierno con nuestras ideas puede tener éxito”, afirmó.
Pedro Sánchez aseguró que el mandatario argentino es uno de los dirigentes principales de una corriente de “negación de la ciencia y de los derechos de las mujeres”
La respuesta desmesurada del gobierno argentino a dichos de un ministro español, implicaron un golpe bajo y flojo de papeles contra Pedro Sánchez y una injerencia en asuntos del Reino ibérico.
Tras poner en pausa el gobierno y la política española por cinco días, el presidente del Gobierno anunció lo que era de esperar: no renuncia al cargo. El significado de esta escena cargada de suspenso aunque con desenlace adivinable.