Un andaluz, que actualmente reside en Estados Unidos, diseñó un invento que cambia la densidad del agua pura y permite flotar al cuerpo sin necesidad de salvavidas.
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Cada vez que se le presentaron dificultades en la vida, el cerebro del español Antonio Ibáñez de Alba trabajó y buscó soluciones. Así fue como creó un reactor magnético para la Nasa, un árbol que apaga el fuego, autopistas submarinas y zapatillas inteligentes, entre otras cosas.
Su mejor creación, para este ingeniero español de 61 años, se le ocurrió cuando presenció que su mejor amigo estaba a punto de ahogarse. En aquella oportunidad pudo sacarlo del agua evitando el desenlace fatal. Pero pensó ¿qué hubiera pasado en caso de no haber estado la ayuda necesaria en en el lugar preciso y en el momento correcto?
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Entonces se obsesionó con crear algún producto que dé una respuesta efectiva a la tercera causa de muerte por accidente involuntario del mundo: el ahogamiento. Con el agravante que muchas de las víctimas fatales son niños.
Primero diseñó una pileta de piso móvil que se sube a la superficie si se apoya en el fondo un peso continuo. Después elaboró una mezcla química, sin agregado de sal, que permite al cuerpo flotar como si se estuviera bañando en el mar muerto. Mirá cómo funciona en las piscinas.
Antonio Ibáñez de Alba sostiene que el descubrimiento "requiere el mismo trabajo y la misma atención que hasta ahora exige una piscina con agua normal”. Además aclaró que el sistema prevé dar vuelta a las personas que están estáticas boca abajo en caso de emergencia.