Esa frase fue la definición más acertada y gráfica de las miles que escuché desde que terminó el partido. La dijo una abuela en la Peatonal, pero excusándose que de no sabía nada de fútbol. Con la inocencia de quien opina desde afuera, pero con la sabiduría que le dieron los años.
Es triste, pero real. Así lució el equipo que tantas alegrías nos dio. Sin rumbo, complicado y cada vez peor.
Muchos dicen que todavía falta mucho y que depende sólo de Argentina para clasificar al mundial. Pero por cómo jugó la Selección, Rusia se aleja cada vez más en el horizonte.
"Rusia se aleja cada vez más en el horizonte. Se aleja la Copa y con ella las esperanzas de ver a Messi levantar un título con la camiseta que tanto amamos".
Se aleja la Copa y con ella las esperanzas de ver a Messi levantar un título con la camiseta que tanto amamos. ¿Quién es el culpable? ¿Los jugadores o el técnico? ¿Es el fin de ciclo de algunos históricos? ¿Se viene la renovación del plantel? ¿La gente debe alentar más? ¿Los dirigentes también son responsanles? Demasiadas preguntas y preocupaciones.
En el medio está la esperanza de 40 millones de argentinos que necesitamos que el fútbol nos dé una alegría que nos viene gambeteando desde hace 23 largos años.
Tenemos al mejor del mundo y de mitad de cancha para adelante metemos miedo. En otras palabras, tenemos el macho, el siete de espada y un tres. Sin embargo se nos escapa la mano y estamos a punto de perder al truco, el gran juego nacional.
"Rogamos alguna ayuda de cualquier hermano sudamericano que nos permita colarnos en el próximo Mundial".
Hace cuatro meses la situación era completamente distinta. Se nos escapó la Copa América y las críticas llovían por la tercera final consecutiva pérdida. Después de la paliza frente a Brasil a más de uno se le plantó un lagrimón al recordar ese pasado. Esas épocas donde las quejas eran por ser subcampeón. Qué buenos tiempos. Época de abundancia donde pedíamos golear al rival y salir campeones.
Ahora le pedimos a todos los santos llegar al repechaje y rogamos alguna ayuda de cualquier hermano sudamericano que nos permita colarnos en el próximo Mundial. Disculpen que insista pero las preguntas se repiten en mi cabeza. ¿Fallan los jugadores? ¿Falla el entrenador? ¿Fallan los dirigentes? ¿Fallamos los hinchas?
Demasiadas preguntas y pocas respuestas. En fin: ¿qué te hicieron, Argentina?