Lionel Messi se debe haber lamentado mientras miraba el espantoso partido jugado por la selección ante Ecuador por la primera fecha de la Eliminatorias rumbo a Rusia 2018. Tal vez tirado en un sillón, con la pierna izquierda en alto, el rosarino debe haber "Ç*^?&·@=)(/&%!!!!" unas cuantas veces.
Claro, él vio como los ecuatorianos le ganaron por primera vez a la Argentina en nuestro país. También vio como el santafesino Gustavo Quinteros le ganó el juego ajedrecístico a su coterráneo Gerardo Martino.
Un Tata que dejó desdibujada a la Selección, no puso en cancha a volantes laterales, jugando solo con un doble cinco, con poco juego y con Javier Pastore como enganche sin ningún socio para el manejo de la pelota. Además, la poca lateralización de Di María sumada a la temprana lesión del Kun Agüero hicieron que los de Ecuador fueran tomando más confianza, hasta poner en serios aprietos al arco de Romero.
De hecho, al no tener volantes laterales hizo que, por ambos sectores de la cancha, Antonio Valencia y Jefferson Monteros llegaran con más libertades para enfrentar a los marcadores de punta nacionales, Facundo Roncaglia y Emanuel Mas.
El cambio de Pastore por Lavezzi le dio demagógicamente más vertiginosidad pero menos juego con la pelota. Tevez, lejos de ser el salvador, estuvo a punto de ver la roja y dejar con uno menos a los argentinos cuando le metió una patada de atrás a Gabriel Achiler.
Hoy Gerardo Martino es el director de esta orquesta y deberá cambiar algunos intérpretes para que representen mejor la letra.
Ahhh... Lio, me imagino, debe haber apagado el tele y se debe haber ido a dormir con esa sensación de vacío de no haber estado para, al menos, hacerse cargo de las criticas junto a sus compañeros.