Adam Alter, un afamado psicólogo que escribe para el New York Times, está convencido de esto y lo sostiene en su best seller, “Drunk Tank Pink”.
La lluvia provoca tristeza y melancolía, pero “en estos contextos climáticos respondemos buscando alternativas en nuestra caja de herramientas emocionales”, sostiene Alter.
Lo que para muchos es una jornada gris, insoportable y aburrida en realidad para la mente no lo es.
Biológicamente estamos predispuestos para evitar estos bajones.
Entonces, el día lluvioso puede ser leído como la oportunidad para construir pensamientos profundos y claros.
La naturaleza nos guía a apaciguarnos, pensar y encontrar un lugar donde hacerlo.
No importa donde sea. Algunos lo harán sentados alrededor de una mesa en un café, viajando en el colectivo o refugiados en casa mirando por la ventana.
Otros buscarán iluminarse mientras ordenan el ropero o limpian esos lugares de la casa que abandonaron hace un largo tiempo.
El secreto no está en el lugar, sino en pensar ideas hacia adentro de un mismo, tratando de que esos pensamientos se conviertan en una lluvia de ideas.
En la década del 30 Alex Osborn un ejecutivo de ventas famoso de Nueva York lo hizo y creó lo que el mismo denominó “lluvia de ideas”.
La exitosa teoría que ayudó a miles de empresas a ser exitosas “tiene como finalidad la de generar opciones, cuando uno se encuentra atascado en lo que se refiere a la resolución de un problema”, define en su libro “Tu poder creativo”.
En fin, un día horrible, húmedo, y lluvioso es ideal para crear lluvias de ideas que te ayuden a encontrar soluciones a tus propios problemas, y ya lo sabés: al mal tiempo, buena cara, porque el clima te acompaña.
Si el artículo te interesó, tendrás que saber cómo estará el tiempo en los próximos días. A lo mejor está ideal para otra "lluvia de ideas". Revisa el pronósitco de El Doce.Tv