Ana Clara Benevides Machado se desmayó cuando Taylor Swift comenzó a cantar Cruel Summer, la segunda del repertorio de su primer recital en Río de Janeiro en noviembre. La trasladaron en ambulancia al hospital, pero murió en el trayecto.
Ese 17 de noviembre, la ciudad brasilera afrontaba una ola de calor extremo. Las temperaturas superaban los 40 grados. Esa situación hizo que la fan de 23 años padeciera un agotamiento térmico y sufriera un paro cardiorrespiratorio.
Un mes después del trágico episodio en el estadio Nilton Santos, donde 60 mil personas asistieron a ver a la artista estadounidense, se conoció cuál fue la causa de muerte de Benevides Machado.
El informe de la autopsia concluyó que la estudiante de psicología estuvo expuesta a calor difuso, sumado a que la radiación solar fue indirecta. La evolución clínica indicó que Ana Clara tuvo un agotamiento térmico con shock cardiovascular y un deterioro severo de los pulmones, lo que terminó en una muerte súbita.
Además, los peritos explicaron que la exposición difusa al calor le provocó una hemorragia alveolar -rotura de vasos que llevan sangre a los pulmones- y una congestión polivisceral -parálisis de varios órganos-. Las pruebas toxicológicas descartaron consumo de alcohol, drogas y enfermedades preexistentes.
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Mientras avanza la investigación, citarán a la organizadora del recital para conocer qué medidas tomaron ante la ola de calor. Algunos fans cuestionaron a la productora por impedir el ingreso de botellas de agua.
Por esta razón, a partir del informe de la autopsia y otras diligencias ordenadas por la fiscalía que investiga, no descartan una “acusación por homicidio involuntario”.