Un fin de semana largo de carnaval y una hermosa historia que emociona en medio de esta fiesta llena de color, disfraces, música y espíritu. La carroza de la comparsa Marumbá tiene una bailarina que celebra la vida después de estar a punto de morir.
Fátima Heinze (31) lleva las plumas en la cabeza y luce un hermoso traje azul lleno de bordados. Se mueve al ritmo del candombe del Negro José con trompetas de fondo. Su rostro da cuenta de la felicidad de ese momento tras superar lo que debió pasar hace tres años cuando le trasplantaron un pulmón.
La joven tiene fibrosis quística y estuvo cincuenta días internada en su casa esperando la ayuda de un donante. Viví cansada, le faltaba oxígeno y le dolía la espalda de tanto toser. Pesaba tan sólo 30 kilos. “No podía seguir con esa mochila. Era muy pesada”, aseguró a TN.com.ar.
En medio de esa noche a pura fiesta y adentro del corsódromo, Fátima se distrajo dos segundos con la bandera que llevaba su mamá, en la que se leí: “Donar órganos, salva vidas”. Su historia es un claro ejemplo. “Cómo me cambió la vida. De estar al límite de la muerte a poder celebrar la vida y la alegría de verme diferente”, sostuvo.