El bullying significa acoso escolar y es la conducta de persecución física y/o psicológica de un estudiante contra otro, de modo intencional, negativo y continuo.
Según Unicef, se trata de una “forma de discriminación por las características o la forma de ser (de alguien): orientación sexual, identidad de género, nacionalidad, situación migratoria, etnia, sexo, condición socioeconómica, condición de salud, discapacidad, creencias religiosas, entre otras”.
En la provincia de Corrientes se tomó una contundente medida contra el bullying. La Justicia provincial intervino en un complejo caso de acoso: tomó medidas y dictó a tres adolescentes agresores de otro joven que cesen el maltrato, el cual viene sucediendo desde hace varios años.
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El juez de Paz de la ciudad de Paso de la Patria, Hugo Alejandro Sánchez Martínez, estableció la medida cautelar. En diálogo con TN explicó que el joven agredido sufría “molestias, burlas, que son comunes en el ámbito escolar”. Contó que este chico “venía con algunos problemas, soportando sobrenombres, chistes o inconvenientes con sus pares”.
Esas situaciones, añadió, “causaron un hostigamiento al alumno”. Aclaró que “no hubo agresiones físicas, pero sí insultos, agresión verbal y señas”, y tal vez “algún ninguneo”.
Según el Poder Judicial de Corrientes, Sánchez Martínez dispuso que los involucrados “dejen de intimidar, excluir y marginar a su compañero por cualquier medio y en todo lugar”.
Asimismo, esta fuente informó que quien denunció la situación fue la madre de la víctima, ya que lo notó “alterado y angustiado, con ataques de ansiedad por el constante acoso que sufre hace años de parte de estos tres alumnos”.
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El magistrado pidió un tratamiento psicológico para los cuatro involucrados, y libró un oficio al colegio secundario para que coordine un tratamiento preventivo con la Dirección de Servicios Educativos de Prevención y Apoyo (Disepa).
En una entrevista psicológica que fue incluida en el expediente judicial, el adolescente damnificado dijo sufrir permanentes molestias y agresiones por parte de esos compañeros en particular, no solo en el colegio sino también fuera de él. Manifestó estar cansado.
“No les hago nada, siempre les digo que me dejen de molestar, pero no entienden”, lamentó el menor en aquella oportunidad. “Yo me contengo, le di aviso a la preceptora y a una docente que intervinieron, pero aun así me siguen molestando”, contó.