Se veía venir. En lo que va del 2020, el Central perdió 2.327 millones de dólares de sus reservas, en un momento donde debería acumular: no se paga la deuda desde abril, las exportaciones superan con creces a las importaciones y no hay vuelos ni viajes, por ende, no hay turistas gastando dólares por el mundo.
La negociación con los acreedores privados fue exitosa pero es necesario ahora generar superávit para pagar lo acordado. Las dudas sobre de dónde saldrán los recursos.
Los datos sanitarios no justifican seguir el aislamiento después de siete semanas. Los que toman las decisiones tienen dinero en su cuenta y comida en la alacena.
Por diversas razones, unas 3 millones de personas no tienen acceso o no usan las tarjetas para extracción y pago. Ni los bancos ni la Anses hicieron mucho por acortar esas cifras.
Las secuelas de la pandemia en la economía abren interrogantes en cuánto se profundizará la recesión, cómo quedará parada la Argentina en el contexto internacional y cómo harán los Estados para compensar las pérdidas en todos los ámbitos.
Los bancos se amoldan a la política del Central de reducir las tasas que pagan pero no las que cobran mientras sigue sin cumplirse aquella promesa presidencial: "Entre las Leliq de los bancos y los jubilados; elijo a los jubilados”.
De cara al año electoral, el intendente y el gobernador deberán definir cuánto aumenta y cuánto subsidian el transporte urbano e interurbano. Un costo político y económico que ninguno quiere asumir.
Repartidores al estilo "low cost" desembarcaron en algunos barrios de la ciudad. Se trata "Rappi", una plataforma de origen colombiano, y promete llevar el paquete en 25 minutos.
El período de mayo-junio ya fue facturado y en algunos casos no deja de sorprender el monto a pagar: 763 usuarios deberán pagar alrededor de 10 mil pesos.