El método es un poco extremo, pero efectivo. La compañía británica, Intelligent Environments, presentó la solución para controlar los gastos en la tarjeta de crédito. Funciona mediante un shock de electricidad, emitido por una pulsera cuando el cliente de un banco supera el límite de consumo preestablecido.
Por el momento este prototipo aún no está disponible a la venta, pero se basa en otros mecanismos que ya se encuentran en el mercado, como la pulsera Pavlok, que realiza pequeñas descargas eléctricas para ayudar a las personas a dejar malos hábitos, como comerse las uñas o fumar.
Los desarrolladores de Intelligent Environments planean conectar los sistemas bancarios con un mecanismo que ayude a controlar a los clientes que les cuesta establecer un límite de gastos.