Mientras el fútbol argentino se sorprendía por la contratación de Iván Alonso, el delantero ignoto de 36 años que llegaba de Nacional de Montevideo, Marcelo Gallardo tejía la gran sorpresa de este mercado de pases: el retorno de Andrés D'Alessandro al club que lo vio nacer.
Hubo un operativo seducción por parte del entrenador y de Enzo Francescoli, secretario técnico de la institución de Núñez, que resultó clave para que el Cabezón aceptara lo que no le aceptó a ningún otro entrenador o dirigente. Ni siquiera al mismísimo Ramón Díaz.
Y cuando obtuvieron el visto bueno del jugador, a Internacional de Porto Alegre no le quedó más remedio que aceptar su salida. Es que además de respetar el deseo del ídolo y capitán del equipo brasileño, los dirigentes gaúchos entendieron que era una buena oportunidad para alivianar el nivel elevado de sueldos y primas de su plantel.
De ahí entonces que la negociación entre Inter y River se resolviera sorpresivamente en cuestión de horas. D'Alessandro deja el club en el que jugó los últimos 7 años a préstamo por una temporada, hasta enero de 2017. Durante ese período intentará reconciliarse con aquella hinchada que lo idolatró cuando lo vio surgir y con la que luego mantuvo una relación de amor/odio que -hasta hoy- parecía inquebrantable.
Video: así lloró D'Alessandro al despedirse de Internacional.