Cinco días después que Corea del Norte hiciera un lanzamiento de un misil intercontinetal de prueba, el gobierno norteamericano redobló la apuesta y probó el alcance de una arma similar, disparándola desde California hasta un atolón del Pacífico.
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El misil norteamericano, bautizado como Minuteman III, tiene la capacidad de ser equipado con ojivas nucleares de 500 kilotones de poder y recorrer hasta 13.000 km a una velocidad de 28 mil km/h.
Se trata del cuarto ensayo de Estados Unidos en lo que va del año. Si bien desde el gobierno de Washington negaron que se trate de un mensaje directo al régimen de Kim Jong Un, este nuevo testeo coincide con el pico de tensión que existe con el país asiático por su equipamiento armamentístico.
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“La prueba demuestra que la actividad nuclear de Estados Unidos es segura, eficaz y está lista para poder disuadir, detectar y defenderse de los ataques contra EEUU y sus aliados", dice el comunicado de la Fuerza Aérea estadounidense.
Como el último misil de ensayo lanzado desde Corea del Norte, el Minuteman III puede llevar bombas atómicas a territorio enemigo. Sólo que su poder de destrucción, equivalente a 30 veces más la capacidad de carga de la bomba de Hiroshima, puede hacer desaparecer ciudades enteras, como Pyongyang, de la faz de la tierra.