Un joven de 18 años le gustaba escribir sobre historias de terror bajo el seudónimo Vampchick. En su blog dejaba relucir su obsesión por los vampiros y asesinos seriales. El año pasado comenzó a armar un plan atroz para irse de su casa y escapar con su novio.
Ashlee Martinson fue protagonista de una historia más horrorosa que la de sus fantasías. Después de una discusión con su familia, tomó la peor decisión. El 8 de marzo de 2015, asesinó de más de 20 puñaladas a su padre, mató de un escopetazo a su padrastro y encerró a sus hermanos para huir con su amado.
Cuando los investigadores profundizaron en la vida de Ashlee, se encontraron con cuestiones escalofriantes: el nuevo novio de la madre era un delincuente con antecedentes de violencia doméstica y agresión sexual. La anterior pareja habría abusado de ella.
"No es correcto lo que pasó, pero yo era sólo una niña, una niña abusada, que se vio obligada a tomar una muy mala decisión, no soy el monstruo que ellos entendieron que soy", se defendió.
Recibió una condena a 23 años de cárcel luego de que se declarara culpable: "Estoy feliz, y sé que esto suena loco, porque estoy en prisión, pero siento que soy libre. Puedo despertarme todos los días y saber que estoy a salvo”.