En medio de una jornada electoral que empieza a marcar su salida del Gobierno, Cristina Fernández de Kirchner aceptó dialogar con los periodistas que cubrían el momento de su votación y no se guardó nada. Primero, destacó que el país está “en un momento inédito, porque los argentinos pueden votar con tranquilidad y sin graves problemas de desocupación”.
Y después, se puso los guantes para devolver todo y cada uno de los golpes que le tiraron en las últimas semanas. "Les quiero hablar a los medios y trabajadores de prensa: algunos creen que del conflicto de la crisis y el caos se puede sacar rédito político, están equivocados. Yo siempre condené a aquellos que creen que 'tanto peor, tanto mejor'. La historia nos demostró que 'tanto peor, tanto mejor' nunca fue así. La patria titulera y zocalera debiera darse cuenta que la vida pasa por otro lado".
"Fue evidente que en estos días hubo una campaña sucia. Fue tan evidente y tan grosero ante los ojos de toda la sociedad. Siempre fuimos objeto de campañas sucias y nosotros nunca las hicimos. Me contaron que en el programa de un medio, de una corporación mediática, que en realidad es un partido político, no un medio, dijeron cosas que no voy a repetir. Mi abuela decía 'dime de qué alardeas y te diré de qué adoleces'".
Por otra parte, sobre la candidatura de Máximo, sostuvo: "Yo no vine a votar parientes, vine a votar militantes y dirigentes. Lo más significativo de todo es que un joven haya fundado y participado de un movimiento juvenil que es el más importante de las últimas décadas. Antes eso era impensable en la Argentina, porque los jóvenes se habían alejado de la Política".
Y, no satisfecha con las críticas a Clarín, tiró: "En el diario que toca el clarín leí que había nacido mi nieta y que se llamaba Victoria. No nació y Florencia ni siquiera tiene decidido el nombre, y si lo tuviera, no se los diría. Ayer cuando leí que había nacido mi nieta y que se llamaba Victoria, pensé 'bueno, una más...'".