Constanza Picciani se sometió a una sesión con “luz pulsada” que salió mal y terminó con lesiones de primer grado. “Estuve 26 días encerrada en mi casa. Todas mis piernas estaban quemadas. No podía trabajar, no podía hacer nada”, contó.
La mujer vivió la traumática experiencia en local de Rincón Vital SRL que trabaja para Depilife. Ocurrió en el año 2011, en Buenos Aires. Se sometió a la novena sesión que resultó horrible. “No había tenido ningún problema. Me había depilado tres zonas del cuerpo. Cuando la chica terminó y retiró el gel frío sentí que me quemaba viva. Fue la única vez que por el dolor aluciné”.
+MIRÁ MÁS: Una artista francesa lanza una campaña contra la depilación
Constanza contó que fue atendida en el Hospital del Quemado. Hizo el reclamo pero la empresa le contestó que “no era nada y que en una semana se sanaba”.
Enojada, llevó el caso a la justicia. Finalmente esta semana, los jueces Patricia Barbieri y Osvaldo Onofre Alvarez resolvieron que la empresa pague por los daños provocados.
Constanza tuvo que someterse a distintos tratamientos para recuperar su piel. Después de 5 años pudo sanar las numerosas máculas que tenía en la piel.
La luz pulsada es un método de fotodepilación. “Es extremadamente eficaz pero el procedimiento tiene que estar certificado para tratar con láser. Tienen que ser médicos especialistas. Y los aparatos tienen que estar en buen estado”, adviritió la dermatóloga Agustina Acevedo a el diario Clarín.