Héctor “Kiko” Jatib, que se dedicaba al narcosecuestro, tuvo un revolucionado velorio. Sus familiares presos participaron del último adiós en medio de un despliegue policial.
Ladrones ingresaron en la madrugada y le desvalijaron el local. El lunes había estado realizando “un corte por una sonrisa” con los chicos de barrio Maldonado.