El dolor que generó el crimen de Umma, la hija del custodio de Patricia Bullrich, quedó reflejado en los mensajes y recuerdos que sus familiares compartieron. La nena de 9 años era jugadora de handball del club Defensores de Banfield.
Su entrenador, Joel Fernández, era el “súper héroe” de la pequeña según contaron sus padres. “Ella entrenaba en la escuelita porque no le daba la edad para arrancar a jugar”, comentó el profesor que confesó que la extrañará dentro de la cancha.
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“Empezó el año pasado, antes venía a ver a su hermana los domingos. Entrenaba con chicas de 5 o 6 años más y la verdad es que no había tanta diferencia”, explicó Fernández.
“Apasionada”
Fernández también reveló que Umma era “muy apasionada” y nunca faltaba a entrenar. “Siempre se quedaba con su grupito después del entrenamiento con una pelota que me pedía para seguir jugando en los costados de la cancha”, recordó.
Entre lágrimas, el entrenador confesó que le hacía “muy feliz entrenarla”. “Con su luz hacía que el día fuese más llevadero, era una personita hermosa”, sumó y siguió: “Siempre me reía porque le decía que iba a jugar muy bien, ya que le gustaba entrenar y así iba a llegar tan lejos como se propusiera. Antes de empezar handball, hacía artes marciales; un día le gritaron ‘defensa’ y se puso en guardia”.
Un sueño en la cancha
Según reveló Joel, la hija del custodio asesinada por ladrones quería ser arquera. “Quería esperar un poco para ver si llegaba a ser más alta”, afirmó y contó que la última vez que la vio fue el viernes en los 15 de una de las chicas del club.
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“El único pedido que tengo es que se haga justicia, no hay nada que nos devuelva a Umma, pero no puede haber tanta impunidad para matar y estar tan tranquilo arrebatándole la vida a la gente. Sin ningún partido de por medio, es algo que tiene que cambiar”, lamentó.