Un socavón de 30 metros en la Av. Vélez Sarsfield fue la imagen del día del 1 de enero tras una fuerte tormenta en Córdoba. Una semana después otra lluvia generó el desborde de la Cañada. Lo que empezó como un mes lluvioso terminó con una ola de calor en toda la provincia. En la semana del 29 de enero la capital registró máximas de más de 40° C y en Traslasierra el termómetro llegó hasta 45° C.
Todo esto ocurre en medio de El Niño, un fenómeno natural asociado al aumento de la temperatura en el océano pacífico ecuatorial que tiene distintos efectos a nivel global y en Argentina se caracteriza por lluvias por encima de lo normal.
Según la Organización Meteorológica Mundial, El Niño se prolongará al menos hasta abril. El fenómeno se repite con una frecuencia de entre 2 y 7 años, sin embargo el organismo señala que “nunca hay dos episodios de El Niño iguales”. Este episodio no impide que puedan registrarse olas de calor, explicó a El Doce Rafael Dimarco, técnico en meteorología y asesor del Observatorio Hidro-meteorológico de Córdoba.
Tras las altas temperaturas, esta semana volverían las lluvias a la provincia y hasta mediados de marzo podría haber precipitaciones por encima de lo normal, señaló el experto. Además agregó que es posible que vuelvan las grandes lluvias como las de principio de año que generaron inundaciones.
Las inundaciones en Córdoba y sus múltiples causas ambientales
Además del desborde de la Cañada, la lluvia del 7 de enero en Córdoba generó 52 evacuados en diferentes barrios de la ciudad. Localidades del interior de la provincia también se vieron afectadas y el gobernador Martín Llaryora dispuso utilizar el Fondo Permanente para Atención de Situaciones de Desastre para ayudar a los damnificados.
Los expertos consultados coincidieron en que esto está pasando en diferentes lugares del país y el mundo. “Las ciudades en general no están preparadas para lluvias intensas de golpe”, manifestó Di Marco.
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“Las inundaciones asociadas al fenómeno del Niño no son noticia en ninguna parte del mundo, lo que quizás es noticia es la velocidad a la que nos estamos inundando en Córdoba”, explicó a El Doce Luis Auyeros, biólogo y presidente de la fundación Ambiente Argentino. El experto señaló que lo que llama la atención es que se trata de una provincia que tiene cuencas, sierras chicas y represas que deberían retener el agua. “Una cuenca es un lugar que es parecido a un tazón y su única función ecológica es juntar agua”, manifestó. Auyeros señaló como causas de este problema a los incendios, la deforestación y el avance de la frontera urbana. A estas se les suma también el cambio climático, que se combina este año con El Niño.
Los bosques también tienen entre sus funciones retener agua. Por el contrario, los componentes de la urbanización como el cemento o el cordón cuneta generan un efecto “tobogán” y hacen que el agua pase rápidamente, explicó el experto. Es así que la deforestación tiene entre sus consecuencias que se produzcan más inundaciones. “En Córdoba donde antes había bosques, ahora está lleno de viviendas”, explicó Auyeros.
Al ser consultado sobre qué puede hacerse frente a estos problemas ambientales, el experto señaló: “Lo que podemos hacer son muchísimas cosas, de gran o pequeña escala. Una es que todos los cordobeses y cordobesas, exijan políticas públicas que incluyan el cambio climático”.