Una mujer junto a sus tres hijos, de 9, 13 y 14 años, llegó a las 23:30 a una estación de servicio de la localidad salteña de Orán y pidió cargar gas natural comprimido por 1.500 pesos. Cuando uno de los playeros se acercó a controlar ocurrió una estruendosa explosión.
En ese instante se formó una lluvia de polvo blanco que sorprendió a todos. A su vez, volaron plásticos, vidrios y metal y el auto Ford Fiesta quedó destruido. Horas más tarde se conoció que en el interior del tanque de gas había escondido cocaína.
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La conductora fue identificada como Sofía Chaparro y es sargento de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. El juez federal de Orán, Jorge Montoya, reveló en radio Mitre Córdoba que ordenó imputarla por el delito de transporte de estupefacientes agravado por su calidad de funcionaria.
Chaparro se negó a declarar y a responder preguntas, por lo que Chaparro pidió su prisión preventiva por 60 días “atento a riesgos procesales” e inició una investigación que durará, según estimó el juez federal, 90 días.
Montoya detalló que la policía de la bonaerense trasladaba 20 paquetes de cocaína y tras la explosión quedaron intactos solo cinco. Parte de la droga esparcida en el suelo fue incautada en bolsas.
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Ahora intentan determinar si Sofía Chaparro “es parte eslabón o integrante con carácter de jefatura de una organización trasnacional”. Si bien aún es materia de investigación, indicaron que “las reglas de la lógica indican que la cocaína provenía de Bolivia”. “Presumo que usó a sus hijos como una suerte de pantalla para lograr impunidad”, apuntó.
Uno de los menores debió ser hospitalizado debido a que sufrió una lesión en su ojo producto de la explosión. El padre de los niños y exesposo de Chaparro quedó a cargo de la custodia.