La noche del 4 de septiembre de 2022 significó un antes y un después en la vida de Karen Monjes (28). Aquel día, su vida cambió por completo. En solo un segundo, pasó de estar viendo a su querido Belgrano por TV a la terapia intensiva del hospital San Roque.
La mujer estaba en la habitación de su casa, en barrio El Pueblito, y de repente un balazo le pegó en la mandíbula. El proyectil ingresó desde afuera a través de una ventana. Fue en medio de un tiroteo entre dos bandas que se enfrentaron en el mencionado barrio de la zona oeste de la capital.
Las balaceras se repitieron al menos dos veces aquella jornada. La joven, malherida, estuvo varios días internada y luchó por su vida. Salió adelante y se recuperó, aunque quedó con secuelas.
A un año y medio del episodio, dos hombres fueron condenados a prisión por la Justicia de Córdoba. Se trata de Gustavo Sebastián Miranda (43) y su hijastro Gabriel Alexander Bengolea (23).
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Desde el techo de su vivienda, ambos atacaron a balazos a otras personas en medio de una disputa narco en el barrio. Uno de esos proyectiles quedó alojado en la cara de Monjes.
“Me mataron en vida y tengo algo en mi cara que no es mío. No los puedo perdonar, me dañaron mucho”, dijo la joven antes del inicio del juicio, hace un par de semanas.
Cabe mencionar que pocos meses antes de la disputa a tiros ambos habían sido imputados por delitos de narcotráfico.
La jueza Susana Blanc Gerzicich de Scapellato le dispuso a Miranda una pena de seis años y seis meses de prisión, que unificados con la condena anterior (por narcotráfico) terminaron en ocho años de prisión.
Por su parte, Bengolea recibió una condena de seis años de prisión por este juicio, al que se le unifica la condena anterior en siete años y medio de encierro.
Ambos fueron acusados por la jueza por los delitos de lesiones graves calificadas y abuso de arma. El fiscal había solicitado una condena por tentativa de homicidio agravado, pero finalmente la calificación quedó fuera de la consideración.