Lo anticipó pero no le creyeron. Luis Abel Guzmán, el peluquero que mató a su compañero de trabajo en el barrio porteño de Recoleta, anticipó lo que iba a hacer cuando estaba en la caja de un supermercado.
Guzmán cometió el crimen en la peluquería Verdini el miércoles a la noche. Con un arma empezó a increpar a Germán Medina, con el dueño del local, Facundo Verdini, como testigo.
De las amenazas pasó a la acción. Levantó el arma y disparó contra Medina causándole la muerte. El homicida se dio a la fuga y hasta el jueves a la tarde permanecía prófugo.
Tras el aberrante episodio, la cajera de un supermercado de la zona sostuvo que el homicida les había anticipado sus intenciones. “Compró una coca y le preguntamos por qué se había cortado el pelo”, declaró la mujer en diálogo con La Nación. La pregunta obtuvo una respuesta bestial de Guzmán: “Porque voy a matar a alguien”.
“Nos reímos pensando que era un chiste. Ahora se nos pone la piel de gallina solo de recordarlo”, reconoció la mujer. La empleada contó que la víctima también había estado en el negocio para comprar cervezas.
Respecto de la víctima, la cajera expresó: “Era lo más bueno del mundo. Era amigo, buena gente”.
El ataque ocurrió cuando la peluquería había finalizado la atención al público y el personal permanecía en el lugar tomando algo, trascendió.