Un nuevo “robo del siglo” estaba por ocurrir en San Isidro, en la zona norte del Gran Buenos Aires, y nadie lo sabía. Delincuentes habían hecho un túnel por debajo de la calle de 220 metros de largo y casi 3,60 de profundidad para ingresar a una sucursal de Banco Macro y fue descubierto -sin querer- por un repartidor de comidas.
Todo comenzó el miércoles, cuando el trabajador fue a entregar un café a la zona. Se bajó de su camioneta y escuchó un ruido intenso que venía desde abajo de un chapón. Como no entendía qué estaba pasando, subió al vehículo y lo corrió unos metros. Así descubrió que justo debajo de donde había estacionado había una varilla de hierro que subía y bajaba entre dos adoquines.
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Intentó agarrarla pero desde abajo se lo impedían. Su curiosidad hizo que evitara un robo millonario contra la entidad que está ubicada a 150 metros del edificio de Tribunales.
De acuerdo a lo que informó La Nación, tras la alerta del hombre, bomberos, policías y rescatistas llegaron al túnel subterráneo que ya estaba casi en la sucursal. La sospecha de los investigadores es que los ladrones pretendían ingresar a la zona de las cajas de seguridad con un boquete el próximo fin de semana.
Túnel con ingeniería de primera
La cavidad empezaba en un depósito de calle Chacabuco al 500 y llegaba hasta Chacabuco al 444, altura donde está el ingreso al banco. “Por lo menos, los delincuentes estuvieron un año cavando el túnel”, dijeron al mismo medio fuentes de la investigación.
El galpón donde comenzaba el conducto funcionó como un taller de chapa y pintura para autos. Allí hallaron bolsas llenas de tierra que sacaban a medida que iban excavando. “El túnel es algo nunca visto, es una verdadera obra de ingeniería. Todo perfectamente calculado. Hasta tenía alfombra y una iluminación extraordinaria”, señaló sorprendido uno de los investigadores que lo recorrió.
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Los agentes de la Policía bonaerense que trabajaron durante la madrugada también encontraron colchones que evidenciaron que los delincuentes actuaban de noche. Ahora están detrás de las cámaras de casas y comercios de la zona para identificar a los miembros de la banda y los vehículos que ingresaban al galpón.
La fuente de la investigación comparó el caso con el Robo del Siglo ocurrido el 13 de enero de 2006 contra la sucursal Acassuso del Banco Río y aseguró: “La planificación para hacer el túnel que tenía la intención de llegar hasta la sucursal del Banco Macro fue superior”.
La investigación por el túnel de San Isidro quedó a cargo de la fiscal Carolina Asprella y del fiscal general adjunto Patricio Ferrari, bajo la coordinación del fiscal general de San Isidro, John Broyad.
“Tras el hallazgo de la varilla entre los adoquines, el personal de seguridad del banco se comunicó con la comisaría 1a. de San Isidro”, comentaron sobre cómo se dio el descubrimiento desde la investigación y siguieron: “Primero se hizo un pozo, pero pronto quedó claro que había un túnel y había que determinar dónde empezaba. Fueron muchas horas hasta que se llegó al depósito”.
La siguiente medida que tomarán las autoridades es llamar a declarar a los dueños del depósito para que informen a quién le alquilaron en lugar. Además, citarán a vecinos para que cuenten lo que vieron, si recuerdan a personas o vehículos haber ingresado o salido del extaller y si escucharon ruidos extraños durante el último tiempo.