La crisis económica tocó a la puerta de los jóvenes. Así lo reflejan las cifras de un estudio el cual afirma que 4 de 10 personas de entre 25 y 35 años aún viven con sus padres. Esto equivale a 2,3 millones de argentinos que son incapaces de comprar una vivienda o incluso de afrontar un alquiler.
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En esta línea, el informe emitido por la Fundación Tejido Urbano destaca que entre 2004 y 2012 el número de jóvenes no emancipados bajó hasta 1,7 millones. Esto equivale a una reducción del 31%. Desde entonces la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) ha registrado un número creciente de adultos que continúan viviendo con sus padres. En 2016 la cifra subió a 39,1%. Este porcentaje persiste aún en la actualidad.
En este contexto, Telenoche salió a las calles para consultarles a los cordobeses si les alcanza el dinero para pagar un alquiler. Varios de los encuestados aseguraron que costear un alquiler de manera individual “resulta imposible” o muy dificultoso. “Yo vivo con mi pareja pero si me llegara a separar volvería a lo de mis padres”, comentó incluso una chica sobre las elevadas tarifas de vivienda. Por su parte, los únicos que afirmaron vivir solos admitieron que en varias ocasiones deben solicitar ayuda de sus padres para lograr llegar a fin de mes.
El estudio remarca que este fenómeno se debe a los ingresos insuficientes que reciben quienes se encuentran en esa franja etaria. Además de la imposibilidad de contar con ahorros para cubrir los gastos asociados a la independencia.
“En el mediano plazo, esto genera un efecto negativo sobre la construcción, que no percibe ver este segmento social como un potencial demandante y, entonces, no se construye para ellos. Este es un ciclo vicioso que impide la emancipación de estos jóvenes”, sostuvo la fundación.