Augusto Gruttadauria vivió un milagro: después de estar horas sepultado bajo la nieve en el Cerro López de Bariloche, llamó al 911 y lo rescataron con vida. Para ese momento, los rescatistas ya lo daban por muerto.
La avalancha se desató el miércoles a la tarde y al cordobés lo encontraron el jueves a la madrugada. Poco se sabía acerca de las razones que desataron el drama y del por qué estaban en una zona no habilitada para esquiar.
Pablo de la Reta, uno de los amigos de Gruttadauria, relató a Perfil lo que vivieron esa tarde en la montaña que está a más de 2 mil metros de altura. “Me bajé un rato antes porque estaba cansado. Esperé en el refugio y desde ahí me avisaron que se había producido una avalancha”, comenzó.
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“Inmediatamente los rescatistas se pusieron en marcha e hicieron un gran trabajo. Fueron horas desesperantes hasta que Augusto dio señales de vida y lo pudieron rescatar”, comentó sobre los tensos momentos que vivieron.
De acuerdo a lo que indicaron los especialistas, se trató de una avalancha de nivel 3, la cual tiene una elevada intensidad. Gruttadauria y De La Reta estaban con otras dos personas: un hombre que fue rescatado antes que el cordobés y una mujer escocesa que fue hallada muerta.
Travesía trágica
De la Reta relató que salieron al mediodía hacia el Cerro López y que todo “transcurrió con normalidad”. “La travesía dura cinco horas, pero a las dos horas de arrancar yo decidí bajar porque estaba cansado. Les dejé mi GPS y llegué al primer refugio y esperé hasta las cinco de la tarde, más o menos a la hora que deberían haber vuelto”, siguió.
Sin embargo, los andinistas no regresaron y a las 18 policías alertaron de la avalancha. Minutos después, unos 30 rescatistas iniciaron el operativo de rescate. “No me dejaron subir porque era tarde y muy peligroso, y tampoco fue posible acceder por el costado de la montaña, así que no quedó otra que esperar en el refugio”, lamentó.
De la Reta contó que le envió mensajes a Gruttadauria pero no recibía respuesta e imaginaba lo peor. A las 19:30 se suspendió el operativo porque ya no había luz del sol y las condiciones climáticas no eran buenas. “El viento soplaba para el otro lado donde se produjo la avalancha y los perros no hallaban ningún rastro”, explicó.
Con ese panorama, solo un milagro le permitiría a De la Reta volver a ver a su amigo. Y el milagro ocurrió: a las 4 de la mañana el joven llamó al 911 y avisó que estaba con vida. Los rescatistas salieron otra vez a la alta montaña para encontrarlo y a las 6:30 pudieron bajarlo.
“Quedó con la cabeza semi tapada y vio un poco de luz y empezó a asomarse hasta que pudo respirar y de a poco se fue tranquilizando. Después, empezó a mover los brazos de a poco y hacer espacio para destaparse hasta la mitad del cuerpo”, explicó el amigo sobre cómo hizo el cordobés para sobrevivir. Gruttadauria casi no tenía batería pero pudo llamar. Al cortar, su teléfono se apagó.
“El trabajo de los rescatistas, que lo hacen ad honorem, es increíble. Pero si no fuera por él y sus ganas de vivir, no zafaba”, cerró De la Reta que ya pudo ver a su amigo sano y salvo en el hospital.