En enero de 2023 Julio y su esposa hicieron una fuerte apuesta: dejaron sus trabajos en Caleta Olivia, al sur del país, para perseguir su sueño y asentarse en Los Cocos, departamento de Punilla.
Ese sueño quedó literalmente reducido a cenizas luego de que el voraz incendio que azota a la región arrasara con su casa de madera. “Se consumió todo, absolutamente todo. Habrá que arrancar de cero, tenemos fuerzas”, indicó a Noticiero Doce, con la voz quebrada.
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Con el dolor en cada una de sus palabras, Julio agregó: “No es fácil, es el esfuerzo de muchos años, a comenzar de nuevo y meterle padelante, no podemos aflojar. Fue un viernes infernal”. El vecino hizo referencia al día en el que el fuego se desmadró.
“Me levanto a las 7, levanto la cortina y el fuego estaba arriba de la montaña, a 5 kilómetros. Se levantó el viento y arrasó, al mediodía ya era un caos. A las 10 nos evacuaron, agarré mi perrita, la dejé en el refugio y volví”, contó el dueño de una de las 13 casas devastadas en Los Cocos.
Con respecto al panorama apocalíptico en el norte de Punilla, Julio habló de “llamas de entre cinco a diez metros de altura” y la sensación de como si “hubieran apagado el sol” por el humo y las cenizas. “Las llamas envolvieron mi casa”, precisó.
“Me largué a llorar al ver las llamas, era un infierno, las llamas eran altísimas. El enemigo era el viento”, expresó y, a la vez, pidió por leyes más duras para los responsables de iniciar los incendios. “No puede ser que haya gente tan malvada”, sentenció.