Se cumplieron tres meses del femicidio de Catalina Gutiérrez (21) en manos de Néstor Soto (21). En la noche del miércoles 17 de julio el oriundo de Bariloche mató a su compañera de Arquitectura en el departamento que alquilaba en barrio Jardín y descartó su cuerpo en Ampliación Kennedy.
En cuestión de horas todo quedó al descubierto y el jueves 18 a la mañana el fiscal José Mana ya tenía al principal sospechoso detenido. Quien notó que algo le había pasado a la víctima fue su novio, Ezequiel. Arriba Córdoba accedió en exclusiva al expediente con su declaración, donde relata cómo fue la búsqueda y la reacción del acusado.
+ VIDEO: la declaración de Ezequiel, el novio de Catalina:
Sospecha, búsqueda y trágico final
La noche del miércoles, en pleno receso facultativo, Catalina se reuniría con amigos -entre ellos Soto- en el bowling del Patio Olmos. A las 21:22 le avisó a su pareja que estaba en camino al shopping.
Como no volvió a escribirle, Ezequiel le envió otro mensaje a las 22:27 para saber sobre ella. A las 22:41 reiteró su consulta y a las 23:02 le dijo “de una con vos”, una expresión que los jóvenes usan para decir “che, no me contestas”.
En el lapso de las 23 a las 23:15 Ezequiel llamó ocho veces a su novia. El celular sonaba hasta que daba el contestador, lo que indicaba que no estaba apagado. En medio de las llamadas a la joven, hizo una a Néstor Soto quien le dijo “que lo había dejado plantado de vuelta”. “Me dijo que había ido al Olmos y la estuvo esperando ahí pero como no apareció se volvió a su casa”.
También se comunicó con su suegra Eleonora Vollenweider, quien le dijo que Catalina no estaba en la casa. Tras esa llamada, volvió a insistirle a Soto, que seguía negando haber visto a su amiga.
En una segunda llamada con la mamá de Catalina, Ezequiel le advirtió que la ubicación del celular de la estudiante de Arquitectura “aparecía hacía 25 minutos en la casa de Néstor”. Cortó y llamó por tercera vez a Soto para decirle lo mismo y pedirle que revisara en las afueras de su departamento. Vollenweider también contactó al acusado por WhatsApp en ese momento.
“Él no me dio respuesta, no recuerdo exactamente qué me dijo pero como que se hizo el desentendido, como que él no sabía nada”, declaró el joven ante la Justicia. En ese momento le pidió el auto a sus padres y se fue hasta el departamento de Podestá Costa al 3.114 del barilochense.
Búsqueda desesperada
Ya eran las 23:29. Ezequiel confrontó a Néstor Soto y le dijo que Catalina no aparecía por ningún lado y que la última ubicación era ahí, en su casa. “Me contestó que no tenía idea, me volvió a decir que la había esperado en el Olmos y como ella no llegó, se volvió a su casa”, relató.
Fue entonces que decidieron salir a buscar a la joven juntos, acompañados por Franco, otro amigo del novio de la víctima. En ese momento, Lucia Gutiérrez, hermana de Catalina, le avisó a Ezequiel que estaban yendo a hacer la denuncia y le pidió que fueran hasta el shopping para ver si estaba allí quizás sin batería.
El novio dejó a su amigo Franco en el centro y quedó a solas con Néstor. “Estaba súper tranquilo, en ningún momento se mostró nervioso ni alterado”, aseguró sobre cómo actuó el detenido en plena búsqueda. Minutos después se sumó al recorrido Agustina, una amiga de Catalina que también iría a la juntada en el bowling.
Hallazgo, reacción y confesión
A las 23:48 sonó el celular de Ezequiel. Era su cuñada Lucía que le avisaba que la ubicación del celular de su hermana marcaba en la calle Pedro Echagüe al 3.930. “Néstor iba con mi celular mientras yo manejaba, incluso creo que él le contestó desde mi celular a la hermana de Cata”, contó.
Minutos más tarde, cuando ya estaban por avenida Circunvalación, Lucía volvió a llamar al celular de Ezequiel y atendió Néstor.
“Él dijo ‘uuuhhh’ y me pidió que estacionara. Lo hice y me pasó mi teléfono, ahí su hermana me confirmó que Cata estaba muerta”, lamentó y siguió: “Yo me bajé del auto gritando, no lo podía creer”. “Agus lloraba y Néstor dijo que no lo podía creer”, sentenció.
Los tres se dirigieron a la Comisaría en la que la familia de Catalina estaba radicando la denuncia. Un sargento le tomó declaración a Néstor Soto, quien negaba haber visto a la víctima durante esa noche.
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Acerca de cómo regresó a su casa del shopping, según lo que había contado que había hecho al no encontrar a la joven, aseguró que no recordaba si había sido en Uber o Cabify. “Empezó a notarse nervioso, se quedó en silencio y tildado sin poder dar respuesta del horario en el que regresó a su casa”, dijo el agente.
“Se le volvió a preguntar sobre el horario en el que volvió. Néstor comenzó a llorar, se agarró la cabeza y expresó: ‘me arruiné la vida, yo la mate’”, terminó su declaración.
Preso y a la espera del juicio
Desde el 18 de julio pasado, Néstor Soto está preso en la cárcel de Bouwer imputado por homicidio calificado por alevosía y violencia de género. Las pruebas en su contra son contundentes y el fiscal José Mana tiene la causa cerrada y elevada a juicio.
Todavía se espera la fecha definitiva del proceso, que según la familia de Catalina sería el 23 de diciembre. Por el aberrante crimen, sólo podrá ser condenado a cadena perpetua.