Córdoba no sale del espanto por la muerte de Aralí Vivas, la nena de ocho años asesinada en su casa de la localidad de Brinkmann. Con su madre, su padrastro y un amigo de este último detenidos, acusados de homicidio, amigas de la abuela de la niña brindaron detalles estremecedores de la cruda realidad familiar.
“Le quitaron tres veces los niños. Se los volvieron a dar pero nunca estuvo apta para tener a los niños. Ella es una persona adicta, no dejó nunca la droga”, expresaron a Telenoche en relación a Rocío Milagros Rauch, que en la tarde del lunes fue aprehendida.
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En la misma línea, agregaron: “Tíos de parte del padre, tías por parte de la mamá, la abuela, todos lucharon por los niños. Para quienes hacían el seguimiento la madre estaba apta”.
A su vez, las vecinas contaron que cuando los familiares reclamaban en la comisaría por las malas condiciones de los nenes, les decían que había una asistente social y un psicólogo a cargo.
Con respecto al hermano de la nena asesinada, una de las vecinas contó: “El nene dijo ‘en mi casa pasan cosas feas y no podemos hablar’”. Además, contó que ambos niños iban a una escuelita de fútbol en donde también les servían la merienda. Los padres a cargo de las clases contaban que “cuando tenía que volver a su casa Aralí se orinaba encima”.
Reacción escalofriante
Al enterarse que la planta alta de la casa donde vivía Aralí se prendía fuego, una de las vecinas se dirigió hasta el lugar y en el camino se cruzó al padrastro, Matías Simeone, que le dijo que su pareja estaba en San Francisco, cuando en realidad se encontraba en Morteros. “La puse en penitencia”, expresó el hombre de 33 años cuando la mujer le preguntó por la nena.
“Llegó la mamá de Morteros en remis y traía al bebé de dos meses. Dijo: ‘¿dónde está Arali?’ y se pusieron a besarse y a fumar. Esas fueron las reacciones de la madre y del padrastro”, sentenció.