Esta semana la investigación sobre el asesinato de María Cash dio un giro inesperado. La Justicia Federal de Salta ordenó la detención e imputación de Héctor Romero, el camionero que trasladó a la diseñadora de ropa en el viaje de Buenos Aires a Jujuy en julio de 2011.
El hombre de 71 años pasó de ser un testigo más a convertirse en el principal sospechoso del crimen tras las nuevas pruebas que lo complican. Entre ellas se encuentran las contradicciones en sus relatos y la reciente declaración de su hermano.
+MIRÁ MÁS: Una mujer relató que la misma línea de Ersa circulaba sin frenos horas antes del accidente
Ahora trascendió otro testimonio clave. Es el de Ramón Crespín, propietario de una gomería en la localidad de Palomitas, quien puso en duda la versión del camionero. Desde que inició la causa Romero asegura que llevó a Cash desde la rotonda de Torzalito hasta la gruta de la Difunta Correa ubicada en dicho municipio.
“En ese tiempo, acá estaban mi papá, mi hermano, una señora que vendía velas junto a mi papá en la gruta de la Difunta Correa. Hay hombres que hacen dedo. Pasan bicicletas, alguno pide agua. Pero mujeres no pasan”, aseguró Crespín en TN sobre su declaración.
Y agregó: “Si alguien viene caminando o un auto baja del asfalto al ripio, los perros siempre ladran y nosotros salimos a ver. Al señor (Romero) no lo conozco. Acá en la gomería nunca paró. Puede haberla dejado donde él menciona, pero ella debería haber pasado caminando por acá. Y como digo, los perros son como un timbre. Pasa alguien, ladran y nosotros salimos. Por acá María nunca pasó”.
Por último Crespín sostuvo que su relato es y será siempre el mismo y que espera que se sepa la verdad. “Volví a hablar hace tres semanas y dije lo mismo que cuando me llamaron en 2011. No puedo decir otra cosa o inventar algo que no es”. Pensaba que no iba a seguir investigando el caso. Ojalá, por la familia de ella, que se llegue a la verdad”.