La droga era comprada en Bolivia y se trasladaba a Córdoba y Buenos Aires para luego conectar con distintos mercados internacionales. Un cargamento de 418 kilos de cocaína fue descubierto oculto en un camión con cemento hace un año y ahora condenaron a quienes realizaban el traslado de la sustancia.
El Tribunal Oral Federal N° 2 de Salta declaró culpable a cuatro hombres por transporte de estupefacientes, agravado por el número de participantes. Todos habían sido detenidos en el operativo en el que secuestraron la droga y donde también encontraron chalecos antibalas con inscripciones de la Policía de Córdoba.
El chofer del camión, Santos Pascual Yufra, y el gestor de los vehículos que utilizaba la banda, David Liquitaya Choque, fueron condenados a nueve años y seis meses de prisión. Además sentenciaron a Fernando Ariel Ramírez a siete años de cárcel y a Darío Ezequiel Giménez a ocho años y seis meses de prisión.
Ramírez era acompañante del transportista en el momento en que fueron interceptados por Gendarmería, mientras que Giménez conducía otro vehículo haciendo de “puntero” para advertir posibles controles en la ruta. La pareja del camionero Yufra, Matilde Ayala, fue absuelta.
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La investigación incluyó escuchas telefónicas que resultaron claves para desbaratar la organización. Una de las conversaciones involucró al chofer del transporte y a su esposa luego de una requisa de la fuerza nacional. “Prendé velas porque llegaron las aceitunas”, le expresó Yufra a su mujer en alusión a los uniformes de los gendarmes. El llamado terminó por delatar la maniobra delictiva pese a que en principio no había logrado hallar la droga, aseguró el fiscal federal de Casos Complejos de Salta, Ricardo Rafael Toranzos.
La banda está vinculada con el clan narco “Liquitay”, del cual varios integrantes cayeron a comienzos de este año. Uno de los prófugos es Maximiliano Liquitay, sobre quien pesa un pedido de captura nacional o internacional.
Para la fiscalía, “el caso reflejó la modalidad de adquisición de la droga en Bolivia, su paso a la Argentina y luego a otros mercados internacionales, y también dejó a la vista el manejo de fondos para solventar una operación de tráfico de envergadura, como el ingreso de las ganancias y las maniobras financieras dirigidas al ‘blanqueo’ de ese dinero”.
Escuchas claves
El dato de la droga que se iba a transportar a Córdoba surgió por la denuncia de un chofer al que le habían ofrecido ser transportista de la organización pero lo rechazó. La misma persona aportó identidades de quienes estaban involucrados en el plan.
Las escuchas revelaron que las maniobras de los narcotraficantes habían empezado entre el 6 y 7 de noviembre de 2023 hasta que los detuvieron el 12 de noviembre en pleno viaje.
En una primera comunicación el camionero le pidió a su pareja que quemara “las bolsas de cemento”. Esta acción quedó demostrada por el hallazgo de bolsas incineradas, destacaron los investigadores.
Otro llamado delator se produjo a raíz de una requisa que Gendarmería realizó entre el 10 y el 11 de noviembre luego de que el camión registrara un desperfecto mecánico en la localidad salteña de Antillas. Si bien el procedimiento fue sin éxito, el fiscal destacó que sirvió para que los narcos efectuaran nuevas comunicaciones telefónicas.
Fue allí cuando el transportista Yufra le rogó a su pareja que prendiera velas. Con las pruebas recolectadas, la Justicia Federal ordenó la inspección del camión en la localidad tucumana de 7 de Abril y en esa oportunidad encontraron la droga sepultada por miles de kilos de cemento.