En Fin de Año nos irritamos, tratamos mal, discutimos y nos volvemos poco tolerantes incluso con nosotros mismos. ¿El motivo? “Llegamos sin resto” Así lo sostuvo la licenciada y profesora en Psicología Kay Ghersevich (MP 4637 / ME 573) en un nuevo capítulo de “Fin de Año a terapia”.
“Con lo que llegamos no nos alcanza para gestionar la situaciones que nos van pasando. Tiene que ver con que llegamos en un estado en el que no solo no tenemos la capacidad para regularnos sino que también tenemos una distorsión en lo que percibimos”, señaló.
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En ese sentido, la profesional comentó que si la persona “todo el tiempo siente que no llega, que está en riesgo o que habrá un problema el lenguaje interno tendrá esas características”. “En el momento en el que alguien simplemente se me cruza lo más probable es que yo tenga una distorsión en mi percepción porque mi estado es de alarma y desregulación”, continuó.
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Una forma de controlar estos sentimientos es registrar “la forma en la que hablamos y cómo nos sentimos” ante la irritabilidad.
En cuanto a la violencia con uno mismo, Ghersevich sentenció: “Es la peor”. “Las personas cada vez se critican y cuestionan más. Uno no necesita torturarse para entender y mucho de este diálogo interno se agrava con el estrés”, explicó y añadió: “Cuando más estresados estamos, menos posibilidades tenemos de que la corteza prefrontal dirija lo que está pasando. Nuestras partes más pensantes están menos disponibles”.
3 claves para moderar la violencia
- Regularnos, respirar y tomar distancia para no actuar
- Prestar mucha atención a nuestro diálogo interno: ¿qué nos decimos? ¿cómo lo decimos?
- Tener la mirada de que el otro puede estar desregulado y poder tomar distancia de aunque me haga algo, no es conmigo. Y si no es conmigo puedo elegir no participar.