En medicina reproductiva, particularmente, existen muchas posibilidades que intervienen en diferentes partes del proceso para lograr un embarazo.
Al respecto, el Dr. Fernando Beltramone -Especialista en tocoginecología, subespecialista en Medicina reproductiva MP 22205- explica que en la actualidad usan dos sistemas de inteligencia artificial en su centro de fertilidad en Córdoba. Uno, Violet, se utiliza para predecir la posibilidad de un óvulo de generar blastocistos (embriones de día cinco o seis). Violet, por medio de análisis de imágenes de los óvulos, ofrece una estimación personalizada sobre la probabilidad de lograr un embarazo.
“Se utiliza especialmente para analizar óvulos de mujeres que congelan con fines sociales o fines médicos. Esta IA predice no solo la cantidad de embriones posibles, sino también la calidad. Eso es loquísimo, porque la calidad de un embrión no depende únicamente de los óvulos, Sin embargo esta aplicación logró una correlación muy acertada, lo que quiere decir que estamos pudiendo ver cosas antes de que sucedan”, explica Beltramone.
La otra IA utilizada se aplica en el estudio PGT-A (Test Genético Preimplantacional). Se trata de un estudio genético que permite detectar alteraciones genéticas y cromosómicas en los embriones antes de su transferencia al útero, minimizando así el riesgo genético de los potenciales bebés.
El estudio sin la mejora proporcionada por la IA, indicaba por demás embriones anormales que en realidad eran normales. Beltramone lo pone en cifras: “Antes, entre un dos y tres por ciento de los resultados arrojaban ‘falsos positivos’, es decir que nos decía que había embriones anormales que en realidad no lo eran. Desde la utilización de la IA en este estudio, la tasa bajó a un 0,05%”.
Pueden parecer números fríos, pero el efecto en pacientes que transitan tratamientos de fertilidad es inmenso. Significa que aumenta las chances de lograr embriones normales, estableciendo parámetros que indican qué embrión tendrá más posibilidades de implantarse y además de conseguir evolucionar hasta ser un bebé. Por lo tanto, la tasa de éxito de los tratamientos mejorará, bajando la cantidad de intentos que una persona tendrá que realizar. Esto reduce el estrés, los tiempos de espera y los costos para los pacientes.
Hoy, a nivel mundial, la IA en reproducción asistida se utiliza para medir la calidad de los espermatozoides, la calidad de los óvulos y la posibilidad de un embrión de evolucionar a bebé.
Pero la IA no se reduce ni cerca a medicina reproductiva. Hoy la utilización de IA en medicina predictiva está apenas comenzando a mostrar su potencial.
“Creo que estamos viendo nacer diferentes personas. Nos guste o no, es la verdad. En poco tiempo va a existir la Inteligencia artificial general, que va a tener la misma inteligencia que cualquier humano y se va a auto determinar cómo una persona. No tendrá un cuerpo humano, pero será una persona”, cierra el doctor.
La dimensión ética
Como cualquier revolución tecnológica, hay desafíos éticos y profesionales que afrontar, especialmente en el terreno médico. Sabemos que la evolución de la ciencia no va de la mano del avance cultural, y mucho menos, del acompañamiento legislativo.
Sobre ello, el Médico, Magister en Bioética José Torres Capobianco -MP 10939- explica: “La aplicación de IA se está haciendo ya en todos los ámbitos de la medicina, y los resultados son diversos. En investigación por ejemplo, aún no ha resultado eficaz para reemplazar los estudios clínicos en seres humanos. Sin ir más lejos se trató de utilizarla para investigar fármacos para combatir al Covid-19 en 2020 y fracasó. Recordarán el ‘Caso ivermectina’, cuando se creyó encontrar un fármaco eficiente contra el virus, porque sí era eficaz en animales, pero al aplicarlo en seres humanos fracasó. En ese momento, la IA hizo la predicción de su eficacia fuertemente probable en seres humanos”.
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Sin embargo, el especialista agrega: “En interpretación de imágenes digitales, el ojo humano fue superado por los ‘lectores inteligentes’ de la IA al disponer de herramientas de análisis de altísima precisión, aunque nunca existe el 100% de seguridad”.
Otro ejemplo del avance que representa, se encuentra en la predicción de complicaciones en situaciones médicas específicas. Sobre ello, el especialista amplía: “Aquí la IA representa una excelente herramienta. En cirugía cardíaca infantil compleja por ejemplo, se presentan complicaciones inesperadas. Para minimizarlo se alimentó a computadoras con algoritmos especiales que ayudaron a categorizar síntomas y signos que permitieran predecir las complicaciones . El análisis de las variables era verdaderamente imposible de hacer sin ayuda de IA por la cantidad de datos que había que clasificar, categorizar, relacionar con las complicaciones. En definitiva, hoy podemos predecir qué pacientes y con qué síntomas y/o signos presentarán complicaciones y estar preparados para actuar precozmente mejorando el pronóstico.
Sobre la velocidad en la que instituciones médicas y estatales intervienen ante el avance de la IA en estos ámbitos, el profesional expresa:
“El Estado debe regular estas ‘tecnologías emergentes’. EEUU y Europa por ejemplo ya tienen legislaciones especiales. En Argentina la difusión masiva de la IA está en pañales y legalmente, solo tenemos una adhesión disponible. Yo digo que hay que maravillarse, pero con prudencia. Prudencia es la palabra. Es una virtud intelectual que nos lleva a tomar decisiones en situaciones de incertidumbre más equilibradas. Es quizás el punto medio”.