Una mujer conocida como “La Tía” quedó en la mira de la Justicia luego de que la Policía encontrara 2,5 kilos de cocaína de máxima pureza en un allanamiento en su casa en Villa la Angostura. A pesar de la cantidad de droga secuestrada, lo que más alarma en la investigación es el modus operandi de la sospechosa: usa nenes y adolescentes para vender estupefacientes.
En el operativo también se secuestraron dos armas de fuego y municiones, pero la sospechosa no quedó detenida. Su causa pasó de la Justicia ordinaria de Neuquén al Juzgado Federal de Zapala, que deberá determinar si la mujer de 42 años formaba parte de una red más amplia de narcotráfico en el sur del país, que tiene a Bariloche como el “principal punto de entrada” en la Patagonia.
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Sin embargo, el allanamiento a “La Tía” no se produjo en base a una investigación, sino por una denuncia por robo. Un vecino había reportado a las autoridades que un grupo de adolescentes le había robado una bicicleta y un taladro. Los policías rastrearon a los ladrones y dieron con el domicilio de la mujer.
En primera instancia, los efectivos hallaron 33 envoltorios de cocaína, pero al profundizar la búsqueda encontraron dos ladrillos de 2,5 kilos de la mencionada sustancia, valuados en un total aproximado de 70 millones de pesos. También incautaron balanzas de precisión, celulares y más de un millón y medio de pesos en efectivo.
Historia narco
“La Tía” es una histórica referente narco en el barrio Mallín de Villa la Angostura que acoge a menores para luego usarlos como “soldaditos”, tanto para la venta de drogas como para cometer delitos.
Muchos de esos nenes y adolescentes provenían de hogares en situación de vulnerabilidad y algunos estaban bajo la tutela estatal en instituciones, donde habían sido enviados por orden judicial debido a problemas familiares.
La mujer ofrecía contención afectiva y económica en un principio, pero después comenzaban las acciones realizadas al narcomenudeo, que además de la comercialización de estupefacientes incluían “encargos”, amenazas a vecinos y robos en la zona. “Algunos de estos chicos estaban bajo resguardo judicial, pero al no tener una contención efectiva, terminaban en este tipo de situaciones”, señaló a TN una fuente del caso.
Tal es la red de menores de “La Tía” que usaba hasta sus propios hijos, que también están institucionalizados, para vender drogas. De acuerdo a medios locales, los chicos comen y duermen en el hogar estatal y durante el día trabajan para su madre.