En el perfil de Néstor Soto que varios testimonios reconstruyeron ante la Justicia luego del asesinato de Catalina Gutiérrez hay varias coincidencias. La primera es que el detenido por femicidio era un alumno sociable, que “conectaba” distintos grupos de la Facultad de Arquitectura y que organizaba las juntadas.
Ese perfil que mostraba en público contrasta con numerosos planteos y actitudes posesivas que tenía hacia sus amigas mujeres más cercanas.
En la causa consta que tres de ellas calificaron a sus relaciones con Soto como similares a las que tenía con Catalina. Aparecieron términos como “obsesión”, “planteos”, “recriminaciones” y “comparaciones” entre ellas.
Después del crimen, en distintas situaciones, reflexionaron que ellas también pudieron ser víctimas de su furia asesina.
“La misma amistad”
El primer testimonio que aparece en el expediente judicial es de quien fuera amiga íntima de Soto entre 2021 y 2024. La amiga 1 -se preservará la identidad de todas-, lo conoció en la carrera durante la pandemia.
“Todos los días teníamos contacto virtual, en 2022 lo conocí personalmente. Fue la persona que más estuvo presente en mi vida esos dos años y medio. Cada vez que yo tenía un problema, él estaba ahí”, describió.
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Tan cercanos eran que, relató, “algunos amigos de la Facultad solían preguntar si con Néstor había algo más que una amistad”. “Ellos sí percibían esto, pero yo no”, aclaró.
Pero esa excelente relación empezó a cortarse hacia finales de 2023 a partir de “planteos” de Soto, tanto por mensaje como en persona. “Me recriminaba que no le contestara mensajes, que me juntara con otras personas, que ya no fuera a su casa, entre otras cosas”, enumeró la amiga 1.
Apoyada en consejos de amigas, decidió alejarse. “Me decían que Néstor no tenía por qué hacerme estos reproches, que me ponían mal y ellas lo notaban”, recordó.
Dos hechos fueron el detonante de la ruptura de la amistad. El primero, las comparaciones que Néstor le hacía con otra amiga, que llamaremos amiga 2. “Vivía comparándome con una chica que fue su mejor amiga antes que yo. Comparaba de decir, por ejemplo, que sí le contestó tal mensaje y yo no. Le llegamos a reprochar, cada una por separado, que nos estuviera comparando”, puntualizó en su declaración.
El segundo es aún más llamativo: mientras cursaba una materia en la Facultad por la mañana, Soto comenzó a escribirle mensajes y le hizo un fuerte reproche por no responderle rápido.
“Yo estaba prestando atención al profesor y me había olvidado el celular, no podía prestarle atención y responderle rápido desde la computadora. Como el docente va tablero por tablero haciendo correcciones, aproveché para irme a casa a buscar el teléfono”.
Al volver a la Facultad, le explicó por qué no había podido contestarle. La actitud de Soto habla por sí misma: “Respondió enviándome una captura de pantalla en la cual se observa mi teléfono, él tenía mi ubicación en su teléfono, no solo la mía sino la de varios amigos, lo veíamos como algo común. Y me mandó un audio de un minuto y medio, que decía ‘no me mientas si veo que estás en la Facultad, le pregunté a alguien que está ahí con vos y me dijo que sí, que estás en el aula con el celular’“.
Inmediatamente la amiga decidió alejarse. Ante la Justicia, describió la situación como "la gota que rebalsó el vaso".
“Podría haber sido yo, vos”
En el funeral de Catalina, esas coincidencias en las amistades más cercanas a Soto fueron tema de conversación.
“Algunos amigos me decían que al enterarse de lo que había pasado pensaron en mí, ya que la misma amistad que tenía Néstor con Cata era la que tenía Néstor conmigo. Me dijeron que tranquilamente en vez de Cata la víctima podría haber sido yo. La relación profunda que Néstor tenía con Cata la supo tener conmigo”, detalló la amiga 1.
En esas horas también recibió mensajes de la amiga 2, aquella con quien Soto la comparaba repetidamente. “Pienso que como le pasó a Cata, tranquilamente podría haber sido yo, vos, cualquiera. Es terrible”, le envió.
Y agregó: “Esa ‘obsesión’ que le agarraba con las amistades. Que creo que ambas lo pasamos de alguna y otra forma, pero bueno no sé uno quizá lo naturaliza, jamás imaginarías que llegaría a tal extremo”.
Amiga 3, misma relación
Un tercer testimonio de una amiga que también se distanció de Soto es igual de coincidente. Lo conoció en la Facultad, destacó su sociabilidad y marcó que luego de la pandemia su amistad se hizo más férrea.
Si bien sostuvo que no tuvieron algo que “sobrepase la amistad”, hubo “actitudes” que le hicieron pensar que Soto “estuviera obsesionándose”.
Al igual que la amiga 1, relató situaciones que la llevaron a “tomar distancia”.
En Halloween 2023, él le sugirió ir disfrazados con la misma temática: la pareja de los Picapiedra, Vilma y Pedro. “Néstor en 2022 se había vestido de la misma temática, de novia y novio muertos, con una chica con la cual estaba obsesionado. Acepté con desconfianza, yo quería que sigamos siendo amigos”, contó.
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En este caso, la gota que rebalsó el vaso fue una juntada a estudiar, solos en la casa de Soto: “Al terminar de estudiar le dije que me pedía un Uber para irme a casa, me sugirió que subiéramos al segundo piso, a su pieza a esperar el Uber. Esto me pareció bastante raro, jamás había subido a su pieza”.
“Al subir tenía una sola cama -continuó en su declaración-, lo cual me pareció más raro. Nos acostamos y él se puso a jugar con el celular mientras yo pedía el Uber. En esa situación se puso a hacerme cariñitos en el pelo, hecho que interpreté como raro porque nunca lo había hecho. Esto me puso incómoda, no pasó de ahí, llegó el Uber, no saludamos y me fui”.
La amiga 3 aclaró que el asesino “jamás la agredió”, pero que “salía con planteos como reclamarme que no había ido a tal juntada con él y que me había ido con otros amigos, o reclamarme cuando no iba a tal lado porque estaba cansada”.
Y aportó la captura con la respuesta que le dio Soto cuando no aceptó una invitación a ir a un baile: “Le dije que no y no reaccionó bien. Me mandó una serie de mensajes”.
En esos mensajes se leen definiciones como “careta”, “falsa”, “igual que todas”.