Este viernes fue liberado el hombre de 51 años que el pasado 29 de marzo mató de una puñalada a su hijo de 26. El violento episodio se produjo en la localidad de Río Segundo, en el marco de una discusión familiar.
Cabrera está imputado por el homicidio, pero ahora en libertad después de permanecer tres semanas detenido. La Justicia investiga si se trató de un caso de legítima defensa o si hubo un exceso.
Después de ser excarcelado, el trabajador metalúrgico dio su versión de los hechos. En diálogo con diario Puntal, dijo que perpetró el ataque para defender a su nuera, a su hija menor y a su nieto de apenas 9 meses.

En esa línea, apuntó a los problemas de sustancias de su hijo y a sus reiteradas actitudes que ponían en peligro a los familiares. "No era la primera vez. Había episodios anteriores. Él ya había estado detenido por violencia de género durante la pandemia. Sin embargo, salió en libertad beneficiado por uno de los rebrotes de la enfermedad", recordó.
Cabrera también aseguró que desde el entorno familiar siempre intentaron ayudarlo: “Era muy difícil. Cuando no consumía, era otra persona. Pero en ese estado era incontrolable”.
Aquella noche del 29 de marzo Michael Cabrera llegó “muy alterado” y “fuera de sí”, de acuerdo al testimonio de su padre. “Cuando vino así, ya me imaginé que algo iba a pasar. Estaba con la lengua azul, lo notaba desencajado. Esa reacción él la tenía cuando consumía pastillas, esas azules, mezcladas con alcohol o energizantes”, detalló.
+ MIRÁ MÁS: Detuvieron a un jefe narco cordobés que vendía drogas y con la plata financiaba sus carreras de caballos
El hombre fue testigo de diferentes situaciones de violencia en pocos minutos esa noche. “Le dije que se fuera, que se calmara. Pero no quiso. No paraba. Lo mandé al patio para sacarlo de la situación. Pero se descontroló”, afirmó.
Sin poder frenarlo de ninguna manera, ambos forcejearon y el padre le cortó el cuello a su hijo con una navaja. El joven murió minutos después en el hospital, mientras que el hombre se presentó voluntariamente en la comisaría, confesó todo y quedó detenido.
“Hoy estoy libre, pero estoy preso en libertad. Me cuesta salir, me cuesta mirar a la gente a los ojos. Me siento juzgado por muchos, aunque quienes me conocen saben quién soy. Ojalá no hubiera actuado de esa forma. Lo hice por proteger a mi hija y a mi nuera, pero no quería ese final para mi hijo. Verlo así, perderlo así... no se lo deseo a nadie”, cerró consternado.