Fue dueña del bar en el mismo lugar donde el sábado ocurrió el derrumbe fatal y había denunciado a la constructora del edificio vecino por “mala praxis”. Luego de la tragedia del fin de semana en barrio Güemes la mujer advirtió que la obra se desarrolló con “desidia”.
Gabriela Manfredi manifestó que desde febrero de 2010 hasta agosto de 2012 padeció las consecuencias de la edificación en Boulevard San Juan al 600 casi esquina Corro. Por entonces tenía el local gastronómico Manhattan pero decidió cerrarlo ante los reiterados inconvenientes y presentó una demanda por la que la Justicia le dio la razón.
Transcurridos 13 años desde esa situación, ladrillos del revestimiento del edificio se desplomaron sobre el techo del bar Posto causando la muerte de un hombre de 34 años y dejando a varias personas heridas.

“Esta es una muerte que se podría haber evitado, mi mayor respeto a la familia del chico muerto. El sábado me llegué hasta acá porque no lo podía creer y me hizo muy mal, me dejó impactada y shockeada porque podría haber estado yo en ese lugar”, expresó en Telenoche ante el fatídico episodio del 17 de mayo.
Y señaló: “Yo veía que era un edificio que se estaba construyendo mal. Se desprendían ladrillos, una vez estaba una clienta en la vereda, estaba tomando un café y se le cayó un ladrillo”.
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“Tuve que sacar las mesas de afuera y esperar hasta las siete u ocho de la noche porque era una obra enorme que empezaba muy temprano y terminaba muy tarde. Tenía mi local y no podía abrir”, planteó. “Si no tenían cuidado con los transeúntes ni con sus propios empleados, imaginate cómo estaba construido el edificio. Un horror“, cuestionó
Juicio ganado
La demanda civil contra Fito SRL fue por “mala praxis constructiva y negligencia”, explicó la abogada Karina Zeverín, quien patrocinó a Manfredi junto a Graciela Toresani. Afirmaron que la obra era “mugrienta, desordenada y sobre todo negligente”.
El expediente al que accedió ElDoce.tv reveló que “los daños que se enuncian como polvillo, mugre, obstaculización visual y de circulación, caída de elementos fueron acreditados con informe municipal donde la Municipalidad constató: vereda intransitable, obstrucción de vía pública, no poseer medida de seguridad”.
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“Está acreditado que en el período en cuestión el bar sacaba las mesas a la vereda por la tarde. Y resulta consecuente con la circunstancia advertida por el arquitecto Yañez, director técnico de la obra, quien dijo que ‘reconoce que podrían caer pedacitos de ladrillo y que los elementos que caían rompieron algunas tejas‘”.
Manfredi sostuvo que sólo podía explotar su comercio después de las 18, cuando en la construcción dejaban de trabajar. De esta manera la franja horaria en la que su local funcionaba con normalidad era de 20 a 2.
Mediante escribano constataron que “se veía tierra, Telgopor y que la rotura de un toldo se correspondía con el cascote que se había caído de la obra”. Todo quedó documentado en fotos.

El Juzgado de 1ra Instancia y 12ma nominación en lo Civil y Comercial falló a favor de la demandante y se fijó una indemnización por un monto que de parte de Manfredi consideraron “exiguo”. Por esa razón fueron a casación y ahora espera una resolución de la Cámara de Apelación Civil y Comercial de segunda nominación.
En paralelo presentó una denuncia penal por daños pero la investigación nunca avanzó.