El hallazgo de un cadáver en avanzado estado de descomposición, oculto en un ropero de un edificio de calle Buenos Aires al 300, volvió a poner en primer plano a Horacio Antonio Grasso. Su nombre se conoció en Córdoba por uno de los casos policiales más dolorosos: el asesinato de Facundo Novillo Cancinos, un niño de 7 años.
Horacio Grasso es un exoficial de la Policía de Córdoba, condenado a 27 años de cárcel por su rol en el crimen ocurrido el 26 de marzo de 2006 en barrio Colonia Lola.
El crimen de Facundo Novillo
Esa mañana, tres hombres llegaron en un Renault Clio a una vivienda ubicada en Entre Ríos 5609. Dos de ellos, disfrazados de policías, irrumpieron en la casa, maniataron a una mujer y a su hijo, y robaron 15 mil pesos, dinero que según la investigación estaba ligado a la venta de droga de una megabanda narco.
El tercer hombre era Grasso, que aguardó siempre al lado del Clio afuera de la vivienda. Durante la huida, se produjo un tiroteo y el expolicía disparó. Uno de esos tiros atravesó la luneta de un Renault 12 en el que iba Laura Cancinos con su hijo Facundito, impactando en la cabeza del niño, provocándole la muerte.

Tras cumplir parte de la condena, Grasso obtuvo la domiciliaria por una supuesta afección cardíaca y ocupaba el departamento donde ahora la Policía encontró el cadáver dentro de un ropero, a sólo dos cuadras de la plaza San Martín.
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Todavía no se confirmó la identidad ni la edad de la persona hallada muerta, pero el vínculo con Grasso volvió a reavivar un caso que sacudió a Córdoba hace casi 20 años. La Fiscalía de Instrucción de Distrito 1 Turno 5 y Policía Científica trabajan para establecer si el condenado tiene algo que ver con el cadáver hallado, así como también la identidad y la edad de la presunta víctima.