El cadáver hallado dentro de un ropero en un edificio de pleno centro de Córdoba sigue rodeado de misterio. Por el avanzado estado de descomposición, los forenses no pudieron determinar identidad ni sexo de los restos pero quien está en el foco de la investigación es Horacio Antonio Grasso, un expolicía condenado por el asesinato del niño Facundo Novillo Cancinos.
El cuerpo fue encontrado el sábado, luego de que albañiles contratados por el hermano de Grasso para remodelar el departamento 3°B sintieran olor nauseabundo al destrabar un armario sellado y cubierto con cemento.
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Los vecinos del edificio de calle Buenos Aires al 300 contaron que durante años no percibieron ningún tipo de olor extraño. “Yo estoy en el 8° y no sentí nada”, aseguró una joven y otra mujer, que vive en el 5°, afirmó lo mismo. “Lo empezamos a sentir recién el viernes”, comentó.
Las dos coincidieron en que Grasso era un hombre “bastante sucio” y que estaba “muy descuidado”. También comentaron que tenía dos perros que estaban dejados. “Era una persona descuidada con el higiene y pensamos que era eso”, aseguró una de las mujeres.
En tanto, ambas sostuvieron que la noticia generó shock y sorpresa entre todos los habitantes de la torre. “Vivíamos con un asesino”, dijo una y la otra expresó que la noticia la “impactó”.
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En la misma línea, el encargado del edificio llamado Cristian reforzó los dichos de las vecinas. “Andaba sucio, descalzo, tenía los perros sucios y con olor y cuando salía dejaba una baranda”, contó. También precisó que Grasso se mudó al edificio hace cuatro o cinco años, cuando inició la pandemia. “Los vecinos lo padecían, le tenían miedo por temor a represalias, preferían no decir nada”, afirmó acerca de la actitud de los otros inquilinos al enterarse del prontuario del expolicía.
Hallazgo
El cuerpo apareció el sábado en un ropero del departamento 3°B de un edificio de calle Buenos Aires. Albañiles advirtieron por un tremendo olor que los volteó cuando comenzaron la obra en la unidad y la Policía revisó el lugar: así encontró una puerta tapiada con maderas y detrás el cuerpo dentro de un armario sellado y cubierto con cemento.
El cadáver estaba envuelto en mantas, atado con un cable y en posición sentada. Según precisó la fuerza a ElDoce.tv, el avanzado estado de descomposición impide determinar si se trata de un hombre o una mujer, su edad y mucho menos su identidad. Tendría al menos dos años de muerte.
Grasso cumplía la domiciliaria en el departamento donde ocurrió el hallazgo y tiene un antecedente que lo hace sospechoso: fue condenado hace 16 años por el crimen de Facundo Novillo en Colonia Lola.
Pocos días antes del hallazgo, el expolicía regresó a Bouwer por violar su arresto domiciliario. La investigación está a cargo de la Fiscalía de Instrucción de Distrito 1 Turno 5, liderada por María Celeste Blasco y subrogada por Florencia Espósito durante la feria judicial.