Pasaron 365 días del peor día de la vida de Marcelo Gutiérrez y Eleonora Vollenweider. El 17 de julio de 2024 su hija Catalina fue víctima de femicidio y, aunque es muy difícil hablar, le abrieron las puertas de su casa a ElDoce.tv para recordarla y homenajearla desde el costado más humano, desde aquello que trasciende haber sido víctima del horror provocado por Néstor Soto.
+ VIDEO: la mamá y el papá de Catalina a un año de su femicidio:

Recordaron a la estudiante de Arquitectura con amor, alegría, afecto, virtudes y valores. Esos mismos que le transmitieron y todas sus amigas y amigos destacan cada vez que la piensan.
La música, el canto y la guitarra fueron importantes en la vida de Cata y dejaron un sello entre sus seres queridos. La pasión empezó por su papá, que siempre les inculcó música a sus hijas. “A nosotros nos contó Zaza que ella le confesó que había estudiado Arquitectura por su papá y que le hubiese encantado ser cantante”, contó Marcelo desde el living de la casa de barrio Inaudi.
“La música era su hobbie y creo que algo de las redes”, añadió recordando que a la joven le gustaba mucho hacer videos en TikTok e imitar bailes. “La música fue su pasión, el canto... cantaba muy bien. Ella creía que no porque Catalina no se creía nada de lo que era”, coincidió Eleonora.
Una canción que marcó a fuego a la familia es Cómplices, del grupo Ahyre, en un viaje en auto que ninguno olvida. Marcelo recordó que comenzó a llorar mientras la escuchaba pensando en su papá y tanto Eleonora como Catalina y Lucía se emocionaron. “Llorábamos todos y ella decía que pensaba en el día en que nosotros no estemos, tenía mucho miedo a nuestra muerte”, confesó la mamá. Ahora, ese tema fue grabado por el papá para darle un significado aún más emotivo para los Gutiérrez.

Una señal
Pasaban los meses desde el femicidio de la estudiante de Arquitectura y Eleonora hacía fuerza para soñarla o sentirla. Un día, en medio de una profunda tristeza, le dijo en voz alta hablándole: “Vos que sos tan inteligente, ¿cómo puede ser que no te puedas comunicar conmigo? ¿que no te sueñe? ¿nada Catalina?”.
A la mañana siguiente ocurrió la tan deseada señal: “Se había quedado Zaza, su novio, a dormir en casa y yo me fui a hacer cosas. Sonó el timbre y era un señor muy viejito en moto que preguntó si era la familia de Catalina y nos dejó un regalo”. Se trataba de llaveros que llevaban la inscripción “yo también los extraño”. Para Eleonora fue su hija desde un plano espiritual que quiso dejarles un mensaje.

Catalina hoy
Es inevitable para Marcelo y Eleonora no pensar en aquellos sueños que Néstor Soto le arrebató. Ser mamá de cuatro hijos, tener una casa pegada a la de su hermana Lucía, viajar, ser arquitecta, estudiar canto.
Sin embargo, imaginarla es posible y -aunque duele en lo más profundo de sus corazones- no pueden evitar decir que estaría feliz. “Estaría en 5° año, dicen que es el más liviano, podría ir al gimnasio, a clases de canto que no tenía tiempo…”, se sinceró Eleonora y concluyó: “Hay muchos sueños que quedaron sin pensar ni hacer. A veces pienso en la cantidad de sueños que no la vamos a ver realizar”.
