La denuncia por abuso sexual contra Horacio Grasso fue hecha por una persona de su entorno. La joven aseguró que la drogó y abusó en el departamento 3°B de calle Buenos Aires, el mismo donde hace tres semanas se encontró el cadáver de una mujer que habría muerto hace unos seis meses.
Noticiero Doce accedió al expediente con la declaración de la víctima, que relató su vínculo con el expolicía condenado. “Apenas sale de prisión y va al domicilio fijado me contacta por primera vez por Facebook, el 29 de abril de 2021”, comenzó sobre el primer contacto y siguió: “Quería que nos encontremos y contarme sobre su historia. Fui a su domicilio en Buenos Aires 315 donde me recibió su pareja”.
“Luego de hablar con él le di la oportunidad de volver a tener una relación. En los próximos meses yo iba a su casa y cocinábamos, mirábamos películas, etcétera”, afirmó.

Abuso
La joven detalló que en agosto de 2021 se quedó a dormir en la casa y se perpetró el ataque. “Cenamos y tomamos un vino. Después de ese vino no me acuerdo más nada”, sentenció. “Sé que él consumía cocaína, estábamos en su habitación, en la cama específicamente y desde ese momento no me acuerdo más nada”, expresó y siguió: “Solamente tengo imágenes en la cabeza de lo que me hizo, pero no me podía levantar ni mover. Me acuerdo de estar sin ropa en la cama, él obligándome a consumir cocaína y yo negándome”.
“Mi próximo recuerdo es ya de día yendo a la playa de estacionamiento donde dejé mi moto y volverme a mi casa”, relató.
Según declaró, los días siguientes recibía llamados y mensajes de parte de Grasso pero le dijo que no quería tener más contacto. “Lo único que hacía era pedirme perdón y que fue culpa del alcohol, que iba a cambiar y que estaba yendo al psiquiatra”, dijo. Y continuó: “Me decía ‘lo que hicimos fue una estupidez de los dos, fue por el alcohol’. Desde el momento hasta el 7 de octubre de 2022 se intentó comunicar conmigo por todos los medios posibles”.
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Luego de ese momento, Grasso llamaba a la joven desde el celular de su pareja y de otros números. También creaba perfiles de Facebook e Instagram falsos y le escribía. “Yo lo bloqueaba de todos lados pero igual se comunicaba”, afirmó. Sin embargo, el agresor seguía enviándole mensajes en los que la amenazaba y maldecía: “Ojalá te mueras”.
“La última vez que me habló fue el 7 de octubre pidiéndome ayuda porque su madre estaba enferma y ahí decidí hacer la denuncia”, concluyó la víctima.