Detuvieron a Daniel Ponce después de varios días de intensa búsqueda. Se trata de un pastor evangélico acusado de abusar sexualmente de fieles en distintos puntos del país.
Este jueves por la noche lo detuvieron en Moreno, zona oeste del conurbano bonaerense, durante un encuentro religioso que él mismo encabezaba ante un grupo de seguidores.
Fue capturado por un equipo del fiscal Leandro Ventricelli, a cargo de la UFI N°1, y reveló el contraste brutal entre la imagen pública de Ponce como referente espiritual y las graves denuncias que pesan en su contra. El pastor ingresó al ritual como líder religioso y salió esposado, imputado por un delito aberrante.
Una red de abusos encubiertos por la fe
El pastor convencía a sus víctimas de viajar con él a diferentes puntos del país para asistir a misas, según consta en el expediente judicial. De este modo, en esos traslados y estadías aprovechaba su posición de poder para cometer los abusos.
La figura penal que enfrenta es “abuso sexual con acceso carnal agravado por configurar un sometimiento gravemente ultrajante, por haber sido cometido por el ministro de un culto reconocido y por tratarse del encargado de la guarda”.
+ MIRÁ MÁS: Le inhibieron el auto y se lo robaron en pleno Nueva Córdoba: el ladrón quedó identificado
Uno de los detalles más aberrantes es que en un intento por justificar sus acciones, tras las violaciones Ponce oraba y aseguraba que sus víctimas eran “súcubos”, figuras demoníacas femeninas que, según la tradición, seducen sexualmente a los hombres. Esta estrategia formaba parte del adoctrinamiento con el que controlaba a sus fieles.
Luego de su detención, este viernes se negó a declarar ante la fiscalía, mientras crece el número de denuncias y se suman testimonios de personas que aseguran haberlo conocido en otras ciudades. Madres Víctimas de Trata, organización que acompaña el caso, señaló que “hace poco llamaron desde Trenque Lauquen diciendo que él también estuvo ahí como pastor”.

“Va por todo el país dando la palabra y violando a los pibes”
También lanzaron un contundente llamado a posibles víctimas: “Pido que si alguien fue víctima de esta bestia que nos llamen, porque siempre pasa esto: cuando cae preso uno, aparecen más víctimas. Es importantísimo que esto se viralice, que se haga público, porque la gente tiene que saber que no se puede creer en todos los pastores. No se puede permitir que haya tantas iglesias evangélicas sin control”.
La realidad que hoy revela la Justicia es que el pastor tenía una estructura montada para el sometimiento sistemático y el abuso, bajo el blindaje del culto religioso. Además tenía varias comunidades de fieles en distintas provincias, construidas bajo una fachada de prédica y contención espiritual. La investigación sigue abierta y no se descartan nuevas imputaciones en su contra.