Una situación insólita y desesperante se vivió durante un motín en la comisaría Quinta de Neuquén. Uno de los detenidos se tragó un pedazo de pared en pleno enfrentamiento y estuvo al borde de morir por asfixia. Según informaron medios locales, el episodio comenzó tras la detención de dos ladrones acusados de asaltar a un adolescente de 13 años.
Todo se desencadenó el domingo a la tarde, cuando dos hombres atacaron al joven y le robaron una riñonera con su celular. Ante el rápido accionar de los vecinos, uno de los delincuentes fue retenido y el otro fue identificado a través de un grupo de WhatsApp, lo que permitió su captura. Ambos fueron llevados primero al hospital, pero debido a su comportamiento violento, los médicos no pudieron atenderlos y los policías decidieron trasladarlos directamente a la comisaría.
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Una vez encerrados, comenzó el motín. Los detenidos rompieron una pared de la celda y comenzaron a arrojar escombros a los agentes, mientras intentaban incitar a otros internos a sumarse a la revuelta. En medio del caos, uno de los ladrones que había robado el celular se tragó un pedazo de escombro para salir de la comisaría pero inmediatamente empezó a ahogarse.
El relato oficial indica que comenzó a “ponerse azul” y apenas podía respirar. Los agentes llamaron a una ambulancia y le practicaron la maniobra de Heimlich hasta que logró expulsar el trozo de pared. Terminaron salvándole la vida.