En Córdoba, un grupo de vecinos con movilidad reducida tomó la iniciativa de mejorar la accesibilidad en su barrio. Con ayuda de la comunidad, construyeron una rampa por sus propios medios y piden más oportunidades laborales. La historia fue difundida en un informe de Telenoche.
En el barrio Parque República, cinco hombres que se movilizan en silla de ruedas decidieron no esperar más. Ante la falta de accesibilidad en las veredas, se organizaron y comenzaron a construir sus propias rampas. Nahuel, que no está en silla de ruedas, se sumó a Juanca, Vladimir, Carlos y Maxi, quienes lideraron el proyecto con el apoyo de vecinos que colaboraron con materiales y herramientas.
+ VIDEO: Informe de Telenoche sobre vecinos que construyeron rampas
La primera rampa ya está lista. “Esperamos el secado y ya está”, dijo Maxi. “Ahora tenemos que empezar a pintarlo y darle la inauguración”, agregó con entusiasmo. El estreno fue reciente: pasaron menos de 24 horas desde que la estructura quedó terminada, pero el impacto ya se siente en el barrio.
La iniciativa no solo busca facilitar el tránsito diario, sino también visibilizar un reclamo de fondo. “Decidimos hacerlas porque necesitamos que haya rampas en las esquinas y queremos que haya fuentes de trabajo, y porque queremos mostrar que nosotros podemos hacer las cosas que hacen los demás”, señalaron durante el informe televisivo.
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Carlos, uno de los protagonistas, expresó su deseo de que este gesto marque el inicio de un cambio más grande: “Ojalá que sea la primera rampa de muchas hechas por y para personas con discapacidad y para todos los vecinos”. La experiencia, además de ser una acción concreta, se convirtió en un símbolo de lucha y autosuficiencia.
Maxi también compartió su historia personal: “Lamentablemente hace seis años que estoy en silla de ruedas y desde entonces no consigo trabajo. Vengo haciendo changas, y es lo mismo que le pasa a Carlos y a Vladimir, que tampoco consiguen laburo. Queremos que vean esto, que nosotros podemos hacerlo. Queremos conseguir una fuente de trabajo”. Pese a las dificultades, no bajaron los brazos.
“Había herramientas que no teníamos y nos arreglamos para hacerlo igual. Había una pala que nos hizo renegar un poco porque nos quedaba grande para como estábamos nosotros, nos costaba mover. Pero nos fuimos dando maña y una vez que se rompió el cordón, ya está, no podíamos volver atrás”, concluyó.