En Salta hay profunda consternación por la detención de cuatro hombres que captaban a alumnas de un colegio secundario para luego explotarlas sexualmente. De acuerdo a la investigación, un remisero cumplía un rol clave dentro de la red de trata, mientras que un compañero de las víctimas también era cómplice.
La denuncia indica que la banda atraía a las adolescentes a la salida de una escuela salteña y después las “ofrecía” a clientes que las esperaban en un par de hoteles ubicados sobre la ruta 26. Por ahora la causa cuenta con tres víctimas confirmadas.
Sobre los roles, el fiscal Eduardo Villalba explicó que el remisero se valía de la confianza que le tenían los padres en el traslado de sus hijas para captar “de manera perversa” a las adolescentes y luego ofrecerlas a los explotadores.
Los “encuentros” se daban a cambio de sumas de dinero con los tres explotadores imputados. El medio local El Tribuno dio a conocer un dato escalofriante del expediente: los clientes pagaban desde 60 mil a 200 mil pesos y la tarifa crecía si las víctimas eran vírgenes.
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La investigación también determinó que el remisero sometía psicológicamente a las víctimas y las obligaba a consumir drogas y alcohol antes de los abusos, según una de las denuncias. En su casa se incautaron juguetes sexuales, lencería y hasta pastillas de estimulación sexual, entre otros elementos.
Cómo se descubrió la red y las imputaciones
El aberrante caso salió a la luz a partir de la denuncia de la madre de una de las víctimas quien, al revisar el celular de su hija de 16 años, encontró sospechosos movimientos de dinero y mensajes de índole sexual, entre ellos uno del mencionado remisero.
Poco después se sumó otra presentación: otra familia denunció aun compañero de curso por intentar convencer a dos adolescentes de 13 y 16 años de tener un encuentro sexual con el remisero a cambio de dinero.
La compleja investigación del fiscal Villalba desembocó en varias imputaciones. Ahora los acusados enfrentan cargos como coautores de trata de personas con fines de captación, promoción, facilitación y explotación sexual, agravada por la vulnerabilidad, minoridad y cantidad de víctimas, la participación de más de tres personas y por haberse consumado la explotación. Además, el remisero cuenta con la imputación de abuso sexual.
Por último, también investiga al adolescente de 16 años, quien quedó imputado de manera provisoria por el mismo delito, pero en carácter de partícipe secundario.