El caso que sacudió a General Cabrera en febrero pasado, cuando Lorenzo Oscar Castro (67) fue hallado muerto en su casa incendiada, sumó un nuevo capítulo. A la detención de Gabriela Alcaraz (55), pareja de la víctima y ya condenada a prisión perpetua por otro homicidio, ahora se agregó la captura de un segundo sospechoso.
Según confirmó la Policía de Córdoba, se trata de un compañero de trabajo y “socio” de Castro, de 59 años, que fue arrestado en la localidad de Carnerillo.
El fiscal de la causa, Javier Di Santo, dispuso su detención y posterior traslado a la Alcaidía de Río Cuarto. El hombre está acusado de “encubrimiento por favorecimiento personal agravado por el delito precedente en concurso ideal con falso testimonio en calidad de autor”.

La investigación, que avanza desde el trágico incendio del 19 de febrero, ya había dejado tras las rejas a Gabriela Alcaraz, quien fue imputada por homicidio doblemente agravado. La mujer es señalada como la autora del crimen de Castro y fue definida por los investigadores como una “viuda negra” que utilizaba la seducción, el engaño y el fuego como método letal.
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El prontuario de Alcaraz es impactante: estaba prófuga de la Justicia porteña tras ser condenada a prisión perpetua por la muerte de otro novio en 2021 en el barrio de Recoleta. Según el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°15, aquella vez había rociado con combustible el departamento de la víctima y lo prendió fuego, provocando su fallecimiento. Pese a esa condena, nunca se presentó al final del juicio y fue buscada por Interpol hasta que la atraparon en Río Cuarto, cuando ya estaba bajo sospecha por el caso de General Cabrera.
En Córdoba, además, Alcaraz se hacía pasar por jueza jubilada y profesional del derecho, una estrategia para ganar confianza y credibilidad entre sus víctimas. El abogado querellante, Alexis Alvarenga, que representa a los hijos de Castro, aseguró que la mujer cambiaba de apariencia con frecuencia para evitar ser reconocida y que incluso utilizaba el nombre de una magistrada en funciones.

Con la nueva detención del “socio” de la víctima, la fiscalía busca esclarecer el rol que pudo haber tenido en el encubrimiento del crimen y en la cadena de mentiras alrededor del caso. Mientras tanto, Alcaraz enfrenta dos acusaciones gravísimas: la condena perpetua ya dictada en Capital Federal y la causa por el homicidio en General Cabrera.
El expediente ahora avanza en los tribunales de Río Cuarto, donde el fiscal Di Santo deberá resolver los próximos pasos judiciales. Todo ocurre en un clima de gran conmoción en la región, donde Castro era conocido como “Millón”, un apasionado del turf y hombre de perfil público que terminó siendo víctima de una historia tan violenta como insólita.