Córdoba vivió este sábado una jornada sofocante, con temperaturas extremas que alcanzaron valores altísimos. En el centro de la capital, el termómetro llegó casi a los 41 grados, en un día más propio del verano que de la primavera.
Sin embargo, el alivio ya comenzó a sentirse. Desde la tarde del sábado, el cambio de tiempo empezó a notarse en el sur y sudoeste de la provincia, con ráfagas intensas del sector sur y tormentas aisladas que en algunos casos incluyeron caída de granizo, como se registró en Bulnes, Laboulaye y zonas cercanas.
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Para este domingo, el pronóstico indica una madrugada con viento fuerte del sur, lluvias dispersas y descenso marcado de la temperatura. En algunos puntos, las ráfagas podrían superar los 70 kilómetros por hora.
El cambio de masa de aire se traducirá en un desplome térmico: la máxima apenas alcanzará los 23 grados, más de 15 grados menos que el sábado.
Durante la tarde, las nubes comenzarán a disiparse y el cielo se irá despejando de manera gradual. Será una jornada ventosa, pero con tiempo más fresco y estable hacia la segunda mitad del día, marcando el cierre de un fin de semana con contrastes extremos en Córdoba.
