Eran cerca de las 10 del sábado pasado y Silvio, taxista de profesión, se dirigió hasta la calle Chimu al 8385 para tomar un viaje hacia la Terminal. Lo que no sabía el conductor es que los pasajeros eran Pablo Laurta, que acababa de matar a Luna Giardina y a Mariel Zamudio, y su hijo de cinco años.
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En diálogo exclusivo con Noticiero Doce, el trabajador relató cómo fueron esos momentos mientras llevaba al doble femicida. “Llegué a la cuadra y vi al hombre con el niño en la calle, no salieron de ninguna casa. Iban a la Terminal y me dijo que no había problema por el camino a recorrer. Eso fue todo lo que se habló”, recordó.
Al ser consultado sobre algún comportamiento sospechoso o nervioso del asesino uruguayo, el taxista indicó: “El nene estaba al medio y el hombre detrás mío. No noté nada extraño, venían conversando normalmente entre padre e hijo. El niño venía totalmente distraído, como un niño normal, comentaba cosas, simplezas. No detecté ninguna anomalía, ninguna situación previa como para informar. Fue un traslado totalmente común”.
Al llegar a la Terminal, Silvio contó que Laurta le pidió que lo dejara en la plaza que está al frente, sobre la calle Tránsito Cáceres de Allende. Además, negó que el femicida lo haya amenazado con un arma antes de iniciar el viaje, tal como se rumoreaba apenas ocurrido el tremendo crimen.