El suicidio de Karla Robles (27) conmociona a Tucumán y reabre el debate sobre la violencia de género y el rol de la Justicia ante las denuncias previas. La joven fue hallada muerta el 24 de octubre luego de transmitir en vivo su decisión a través de TikTok, donde dejó una frase estremecedora: “Prefiero matarme antes que él me mate a mí”.
Este viernes, una semana después, la Justicia ordenó la detención de su expareja, Diego Zerda (33), quien quedó imputado por los delitos de instigación al suicidio y amenazas. Según confirmaron fuentes judiciales, Zerda había sido denunciado al menos seis veces por Robles por episodios de violencia, hostigamiento y amenazas.
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El hombre quedó detenido en un hospital y permanece en un centro especializado en salud mental. La Justicia le dictó prisión preventiva por dos meses. Los investigadores buscan determinar si su accionar y el acoso que ejercía sobre Karla influyeron directamente en su decisión de quitarse la vida.

La causa también cobró fuerza tras conocerse el testimonio de otra expareja de Zerda, quien declaró ante la Justicia: “Me destruyó”. Este nuevo testimonio refuerza el patrón de violencia psicológica y manipulación atribuido al acusado.
Los padres de Karla Robles habían reclamado su detención días atrás. “Si lo dejan suelto, va a haber otra Karla”, advirtieron con dolor. La familia insiste en que las seis denuncias previas no fueron suficientes para que la Justicia actuara a tiempo.



