El femicidio de Christelle Verónica Heredia (34) causó fuerte conmoción en Córdoba el 16 de junio de 2024. Un año y medio después el caso llega a juicio. El único acusado es Felipe Herrera Larenas (39), un ciudadano chileno que por entonces llevaba poco meses en pareja con la víctima.
Un departamento de barrio General Paz, en la calle Catamarca al 1000, fue el escenario del crimen que aún mantiene una herida abierta tanto en la familia como en las amigas de Christelle que exigen justicia.
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Herrera Larenas afrontará desde este lunes el juicio con jurados populares en la Cámara Decimosegunda del Crimen. Está imputado de homicidio doblemente agravado, por el vínculo y por mediar un contexto de género.
La investigación determinó que Heredia fue atacada con un cuchillo. Presentaba varias heridas de arma blanca, algunas de ellas en el cuello, según se conoció de la pesquisa. Los gritos alertaron a los vecinos que llamaron a la Policía pero al llegar descubrieron el peor escenario.

Antecedentes en Chile
Herrera Larenas tenía dos condenas previas en Chile, una de ellas por “lesiones menos graves en contexto de violencia intrafamiliar”, dictada en agosto de 2022 tras la denuncia de una expareja. Si bien había sido condenado a 540 días de prisión, solo cumplió 250, trascendió luego del crimen en Córdoba.
En su historial también figuraban episodios de violencia doméstica y una causa por manejar borracho. Que estuviera libre fue uno de los cuestionamientos del entorno de Christelle hacia las autoridades chilenas.
Previo al inicio del juicio, amigas de Heredia convocaron a una concentración frente a Tribunales II para acompañar el inicio del proceso judicial y exigir una condena ejemplar. “No podemos permitir que su asesinato quede impune. Pedimos justicia por Christelle. Pedimos condena para el femicida”, expresaron en un comunicado difundido en redes sociales.

Con varias publicaciones en Instagram, las amigas afirmaron que este lunes se vivirá la jornada con emoción y dolor. “Es el día en que vamos a mirar a la cara a quien nos arrebató a nuestra amiga. Vamos a exigir justicia”, manifestaron.
Y añadieron: “Llevamos con nosotras su risa, sus proyectos, su amor por sus gatas, su energía en el gimnasio, sus charlas infinitas. Christelle sigue en nosotras, no hay lugar en el que no esté”.


