Rosario volvió a quedar atravesada por una tragedia vial que generó conmoción en toda la ciudad. Milagros Rocío Peña, de 23 años, murió después de que el conductor de una camioneta abriera la puerta sin mirar mientras ella circulaba en bicicleta rumbo a su trabajo.
Al intentar esquivarlo, cayó a la calle y fue atropellada por un colectivo que pasaba en ese momento. Según la reconstrucción del hecho, la joven se desplazaba por una avenida cercana a su casa cuando el hombre abrió la puerta del vehículo de manera repentina.
Una vida de esfuerzo
La historia tomó un tinte aún más doloroso al conocerse el contexto personal de la víctima. Medios rosarinos informaron que Milagros cursaba Licenciatura en Enfermería en la UNR motivada por el deseo de cuidar a su mamá, quien había sufrido dos ACV que le dejaron secuelas. Era hija única, vivía con ella a pocas cuadras del lugar del hecho y trabajaba en dos empleos para sostener sus estudios y el hogar familiar.
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El caso generó un fuerte impacto en la comunidad y abrió nuevamente el debate sobre la responsabilidad de quienes abren puertas de vehículos sin revisar el tránsito, una maniobra que puede derivar en episodios fatales como el que terminó con la vida de Milagros.