Un profesor de Educación Física de Córdoba vive un calvario desde hace dos años, cuando una denuncia por abuso en una escuela privada con colonia de verano le cambió la vida para siempre. Llevaba 10 años trabajando en la institución, fue notificado en su domicilio y debió presentarse en Tribunales II para enfrentar una investigación que, finalmente, la Justicia determinó que era infundada.
Según contó en El Show del Lagarto el docente que prefirió resguardar su identidad, la denuncia partió de la familia de una nena de entre 3 y 5 años. Sin embargo, las pericias realizadas en la Cámara Gesell concluyeron que el hecho nunca ocurrió.
Los informes de las psicólogas marcaron que la menor había sufrido un episodio de ahogamiento en la pileta y, al relatar lo sucedido, mezcló el nombre de un familiar con el del profesor (que eran el mismo), lo que generó la confusión.
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“Perdí todo por una denuncia falsa”
El docente explicó que trabajaba en la parte docente y en la parte extracurricular. “Cuando me entero, la fiscal me notifica que me investigaban a mí y a dos personas más por un supuesto abuso ocurrido en el verano. Informé que no sabía nada, nadie se había presentado a decirme nada, ninguna autoridad de la institución”, relató.
El profesor explicó que su función no era estar en el grupo donde estaba la nena y que se ocupaba de otras tareas. “Lo que da es un ahogamiento, un susto en el agua, no un abuso”, remarcó.
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A pesar de su trayectoria impecable, la denuncia le costó todo: “Perdí todos mis beneficios, sueldo, obra social, todo lo que involucra los 10 años que trabajé. Continué en ese corto período en noviembre, diciembre, pasó el verano y no trabajé en las tareas de escuela de verano”.
Cuando comenzaron las clases, desde el colegio lo llamaron para informarle que la causa avanzaba y que, para resguardar su integridad, no iba a cumplir funciones por un mes. “Mis abogados me decían que no estaba imputado, que no pasaba nada. A fines de abril me citan y me ofrecen que me vaya, que renuncie. Yo me negué porque nunca supe nada, ni quién era la familia. El primer día siempre tuve predisposición ante la Justicia y el colegio”, recordó.
El docente aseguró que la institución le pidió que dejara su cargo para evitar que la causa afectara la imagen del colegio. Ante su negativa, finalmente le enviaron el telegrama de despido “por desconfianza”.
“Me quedé en la calle, sin mi fuente de trabajo, no me quedó otra que pelear por lo que me corresponde. Por 10 años nunca tuve un problema, siempre tuve un buen cuaderno de actuaciones. Siempre trabajé en lugares públicos y privados, siempre con buenas recomendaciones”, lamentó.
“Casos como el mío son muchos”
El profesor, que acumuló 18 años de experiencia en la docencia, advirtió que no es el único en esta situación: “Me dijeron que casos como el mío son muchos”. “Hoy yo me quedo sin trabajo, 18 años de trabajo y hoy dejar la vocación”, lamentó.
La Justicia determinó que la denuncia era falsa, pero el daño ya estaba hecho: el docente perdió su empleo, su estabilidad y su vocación.



